domingo, 20 de enero de 2013

Lo verdaderamente falso






Cómo robar un millón es una película de 1966 rodada por William Wyler. Quizás podemos afirmar que se trata de una película menor, el director estaba al final de su carrera y se esperaba  de él otro tipo de cine.  Por otro lado, es una película encantadora,  muy de los años sesenta en todos los aspectos y llena de ironía.

Nicole (Audrey Hepburn) es una joven que más bien parece madre de su padre, un prestigioso “coleccionista” de arte que cede su Venus de Cellini a un museo para una exposición. Nicole se las arregla con Simon Demott (Peter O`Toole) para impedir que se descubra el secreto de su padre.

Las exteriores se tomaron en París, eso, más la presencia de los dos actores principales, impregna a la película de una sencilla elegancia. Audrey Hepburn, por última vez en el cine, vestida de Givenchy, está fantástica con un camisón, un abrigo fucsia y unas botas de agua; él Peter O’Toole no se queda atrás con su impresionante porte irlandés. Una historia en que lo falso parece ser verdadero: se retrata el mundo del arte como lo que muchas veces es, un puro artificio.  A veces, las apariencias engañan o, como solemos decir, una imagen vale más que mil palabras…




Lo visual llama poderosamente la atención, aunque como siempre, la banda sonora es digna de mención, realizada por un entonces novato John Williams, consiguió ponerse con precisión al servicio de la historia.


Como en la película con este falso changurro a la donostiarra: cuando creemos probar una cosa, sentimos otra y de esa manera descubrimos algo nuevo, quizás sin la misma calidad pero con una gracia distinta. Muchos pueden no darse cuenta, la falsedad en la cocina nunca es tal si los ingredientes son auténticos. A veces es incluso un reto, pues si estamos cocinando algo y descubrimos que nos falta un ingrediente, nos vemos en la obligación de improvisar. Más tarde, sobre el mantel, los críticos tendrán que emitir su veredicto…si llegan a darse cuenta, muchos ni lo notaran. Sí, como la Venus de Cellini, a veces un palto es tan falso que es verdaderamente auténtico.
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11 comentarios:

Miss Migas dijo...

¡Oh! fantástica Audrey, ideal esta película para celebrar una fecha suya.
No soy muy fan del surimi, pero seguro que encuentro algo con lo que sustituirlo.
En conchas, precioso.
Besotes

Chef Aprendiz dijo...

A veces pasa lo que cuentas con los vinos. Y dices algo que me parece muy cierto: si los ingredientes son auténticos, no hay nada falso en la cocina. Hacen veinte años desde la muerte de Audrey y es un bonito homenaje el que le has hecho, Linda.

Mayte dijo...

La escena del beso de esa película es de mis favoritas...(te la tomo prestada además) y la receta es arrebatadoramente hermosa.

Beso!

Kako dijo...

Concuerdo con Myte, que lindo momento.
La receta me encanta, se me hizo agua la boca.
Besos!

Catypol dijo...

A mi Audrey me gusta, bueno y a quién no? es tan esbelta y delicada, todo al contrario que yo, jajaja
Así que lo verdaderamente falso también gusta, y éste es delicioso.
Besitos

Elena - delicious stories dijo...

Pues la verdad es que no creo haber visto esta pelo, a ver si le pongo remedio pronto! Y en cuanto a la propuesta culinaria, me ha encantado, sobre todo la presentación!
Besos.

AllColorsAreBeautiful dijo...

Soy de la liga contra el surimi, que lo sepas!

zaida dijo...

No he visto la peli pero verla con unas tostaditas de tu falso txangurro para picar me parece un planazo para una tarde de sábado.

Luisa Morón dijo...

ohhh me encanta Audrey, todas su pelis y este falso txangurro me encanta tb. me llevo la receta. Bss

antonia dijo...

me encanta la receta, pero sobre todo... voy a ver otra vez esta película, sé que la he visto pero no me acuerdo de nada!!

Coses de Llàbiro dijo...

Soy más de bacalao que de surimi, pero de la que soy fan total es de la prota de la peli.
Feliz fin de semana.

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