domingo, 24 de julio de 2011

"El domingo de nuestras vidas"



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Como ya hemos dicho otras veces, el color y la luz también nos alimentan; por eso esta tarta llena de colores nos anima a disfrutar, y no solo del sabor. Una receta que nos invita a salir, a deleitarnos con la naturaleza, con el exterior, a romper la monotonía, incluso la del tiempo libre: comer al borde del Sena... Se trata, además, de algo diferente: tomates, pero no los habituales: rojos, verdes, negros, naranjas y amarillos; una composición de luces y sombras como la pintura que hoy os presento: una celebración de la vida.


Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte es la obra más representativa de Seurat (1859-1891), un pintor considerado postimpresionista y “específicamente” puntillista. El Postimpresionismo es una corriente posterior al Impresionismo en la que destacan artistas tan conocidos como: Cézanne, Van Gogh y Gauguin; también Seurat y Signac, los dos a los que podemos considerar puntillistas.

El Puntillismo, también llamado Divisionismo, consiste en la yuxtaposición de pinceladas de color puro que dejan al espectador la libertad de combinar esos colores. Por eso, estos artistas postimpresionistas son grandes amantes de la representación del paisaje,  porque es donde mejor se pueden estudiar los efectos de la luz y sus juegos cromáticos; por ejemplo, ¿no os ha sorprendido siempre la genialidad de estos maestros para la representación de la sombra?

Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte ,a simple vista, es la representación de un paisaje, un lugar de la naturaleza que puede llevarnos a pensar. La Grand Jatte es una isla al lado del Sena, entre La Defense y Neully que durante los años finales del siglo XIX fue un paisaje totalmente bucólico. Eso es lo que contemplamos en el lienzo: un paisaje idealizado compuesto por unos personajes inmóviles (a pesar del puntillismo), cada uno de ellos disfruta de su descanso, y nos invita a ello; se trata de una celebración de las vacaciones, del reposo, del asueto. Y es quizás esa inmovilidad la que nos conduce a la serenidad, a la sensación de tranquilidad, de reposo y despreocupación. Las figuras cobran volumen y se acercan tanto a los grandes maestros renacentistas (como Piero Della Francesca) como a las nuevas vanguardias abstractas (cilindros, conos, cuadros).

Según algunos autores la obra tenía un significado oculto representando algunas prostitutas en la orilla y soldados en el centro del lienzo; aunque las sensación que nos queda es la sugerencia que el cuadro nos hace: disfrutemos de la despreocupación, de la quietud, del sosiego y la calma de estos ansiados días de vacaciones. Estamos en “el domingo de nuestras vidas”, vayamos a celebrarlo. Felices vacaciones a todos.




sábado, 16 de julio de 2011

Soñar despierto







Richard Brautingan (1935-1984) es un peculiar escritor americano conocido fundamentalmente por La pesca de la trucha en América  del que, al parecer, vendió dos millones de ejemplares. Otro  de sus originales libros es En azúcar de sandía al que quiero hacer referencia hoy. Brautingan tuvo una infancia bastante difícil: no llegó a conocer a su padre y vivió en cinco ciudades distintas. En el colegio destacó por sus aptitudes para el baloncesto y en la escritura; evidentemente, optó por lo segundo superando varios obstáculos de lso que sus estancia en un psiquiátrico no fue el menor.

En 1960 se encuentra en San Francisco donde vivió la época “beatnik” y “hippie” (un ídolo de la cultura underground) y de este momento histórico parece que se alimentan todas sus obras. En azúcar de sandía es su visión de la vida en una comuna pero una comuna bastante atípica llamada “yo MUERTE”. En ella todo se construye con azúcar de sandía, el sol cambia de color, el dinero no existe…, una novela metafórica en la que se mezclan su humor y la forma sencilla de entender el mundo. Para muchos una parábola de la decadencia del siglo XX.

Debo destacar la edición de los ejemplares de esta editorial: Blackie Books (tiene publicado otros de Brautingan). Están muy cuidados, tratados con mucha delicadeza, no dejan de llamar la atención en la mesa de novedades y claro, una vez más, termino comprando el libro. 

Azúcar de sandía es el material con el que se construye todo en “yo MUERTE” pero mi sandía no es del todo dulce. Esta lasaña de sandía y queso feta  con pistachos (adaptación de una ensalada de Super Natural Everyday, el maravilloso recetario de Heidi Swanson) tiene una connotación agridulce: lo dulce de un sueño que soñamos despiertos y confundimos con la realidad dejando en nuestro paladar un leve sabor agridulce.


sábado, 9 de julio de 2011

Sólo la luz apaga nuestra sed



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La semana pasada se inauguró en el Museo Thyssen Bornesmiza de Madrid una exposición retrospectiva sobre la obra de Antonio López (1936). La inauguración tuvo lugar el 28 de junio y se podrá visitar hasta el 25 de septiembre.


La selección de obras, que está compuesta por unas ciento treinta,  se centra en sus últimas pinturas, esculturas y dibujos con algunas referencias a lo que el artista llama “sus amores de toda una vida”, como la escultura griega. Se trata, como dicen los medios de comunicación, del “acontecimiento artístico del verano” porque la muestra, cuyos comisarios son María López (hija del pintor) y Guillermo Solana (director artístico del Museo Thyssen Bornemisza), ha levantado muchísima expectación.

Antonio López ha sido identificado siempre como un pintor hiperrealista, se le llama el maestro del realismo, aunque él prefiere hablar de sus cuadros como figuración objetiva y pretende expresar la esencia de la cosas. Para él una obra nunca está terminada; por eso, intenta captar lo que huye, lo que se mueve. A menudo dibuja o pinta lo que está en marcha, en obras, lo provisional, lo todavía inseguro: sus  vistas de la Gran Vía o desde Vallecas nos hablan de ello.


En esta exposición podemos comprender su proceso de creación: cada día al amanecer durante cinco años el artista ha pintado durante 15 minutos o 30 minutos, el tiempo que dura la luz, sus vistas de la Gran Vía. 


Otra de las obras que podemos contemplar es esta retrospectiva es Nevera nueva (1991-1994), una visión fría de un interior doméstico. La nevera está llena pero parece vacía, solamente intuimos algunas piezas de fruta, algunas bebidas, unos pocos huevos y un pollo en la estantería superior. La imagen nos transmite el frío de la nevera, solo con verla sentimos cierta crudeza porque además no vemos la cocina, solo un electrodoméstico y la ausencia de la cocina, del hogar.  Como hemos dicho antes López expresa la esencia de las cosas; y ¿no es eso este cóctel refrescante? Como dice el propio artista: prestemos importancia a las cosas básicas y renunciemos a lo innecesario porque casi siempre ahí está la felicidad. ¿Hay algo más básico que esta bebida? ¿Hay algo más que nos pueda dar unos instantes de felicidad en este sofocante verano?

sábado, 2 de julio de 2011

Fuera miedos


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Cuscús (“Le graine et le mulet”) es una película de nacionalidad francesa dirigida por Andel Kechiche y estrenada  en el año 2007. Obtuvo el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia y cuatro premios Cesar. La película narra la historia de una familia norteafricana que vive en el sur de Francia. El patriarca, Slimane, está divorciado y en una situación bastante complicada en su vida: su trabajo de toda la vida como astillero se acaba, sus hijos le insisten para que vuelva África pero el tiene una nueva idea: abrir un restaurante en un barco.


El plato estrella del restaurante será el cous cous, un plato tradicional de Marruecos y Argelia hecho a base de sémola de trigo. La palabra “cuscús” en árabe significa “la comida” puesto que puede considerarse como el plato principal de estos pueblos. El restaurante y “ la comida” es lo que hace que una familia desestructurada comience a unirse de nuevo ante el proyecto gastronómico convertido en símbolo del progreso y de una vida mejor. Las dificultades son muchas aunque Slimane no se desmoraliza, con esfuerzo y optimismo el sueño se acerca.

El cous cous es el elemento de unión, el elemento integrador y esperanzador que consigue aunar la energía y el arrojo de todos los miembros de una familia; olvidando las diferencias, los problemas y las distancias. Pelean por un futuro mejor, persiguen sus sueños y olvidan los temores.

De manera que, como no podía ser de otra forma, hoy toca cous cous: uno diferente, dulce y valiente para que nos ayude a decir fuera a los miedos y para luchar por conseguir los sueños.