viernes, 29 de agosto de 2014

Esta receta no tiene nada que ver conmigo





Nada es la negación de todo y esta novela no tiene nada que ver conmigo, como tampoco tiene nada que ver con Monica Sabolo, una periodista francesa que trabaja como redactora jefe de la sección cultural de Grazia en su país.

Sabolo escribió su primera novela con veintinueve años, ahora, con algunos más, ha ganado el Prix de Flore 2013 que, por cierto, le viene como anillo al dedo porque se declara en su cuenta de Twitter “Intérimaire au café de Flore”



Descubrí Todo esto no tiene nada que ver conmigo en uno de mis paseos veraniegos y ociosos por alguna que otra librería. En realidad, me provocó cierto rechazo su diseño “barroco” pero al abrir el ejemplar quedé seducida por sus textos, sus fotos, sus escaneados y sus objetos. Sí, todo esto aparece en la novela como testigo de su fracasada historia de amor con XX. Me la bebí, literalmente, la novela; claro. Me abruma y admira la capacidad para extraer lo bueno de lo peor, o mejor, el todo de la nada y eso es lo que ha hecho Sabolo añadiendo unas gotas de humor y de sentido común.

Las cosas y las personas que no tienen nada que ver conmigo no existen, pero quizás es eso lo que le da existencia y, así, acaban teniendo que ver conmigo. Existe el efecto mariposa, pero nada de esto tiene que ver conmigo:


  • ·      el eco de mi voz
  • ·      mi imagen en el espejo
  • ·      mis sueños
  • ·      el comienzo del curso
  • ·      aquel tipo que me encuentro siempre en el Hércules
  • ·      Ambra
  • ·      XX
  • ·      Paris
  • ·      la sandía
  • ·      el café
  • ·      Y, por supuesto, esta receta que no tiene nada que ver conmigo





Algún día tendré que ordenar todas estas cosas porque el orden da tranquilidad, pero nada de esto, nada de todo esto tiene que ver contigo.

¿Sabes que nada está en todo y todo está en nada? Como decía José Hierro en Vida:


Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!
Ahora sé que la nada lo era todo.
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.



En ocasiones, las personas no coincidimos; por desgracia, buscamos por el lado contrario a lo que queremos; en otras, sin embargo, se produce el encuentro feliz. Álvaro Cunqueiro decía que  “una buena receta es aquella en la que ingredientes distintos entran en una afortunada combinación”. Espero que esta receta, que no tiene nada que ver conmigo, sea un feliz encuentro no sólo de los ingredientes sino también de la persona con la que decidáis compartirla.