viernes, 26 de noviembre de 2010

La sal de la tierra

Millet (1814-1975) fue un pintor realista fundador de la Escuela de Barbizón conocido principalmente por sus escenas de campesinos. Nació en Normandía (Francia) y se trasladó muy rápido a París para aprender pintura, aunque siempre sintió nostalgia del campo; nació en una familia de campesinos, quienes, no obstante, en ese momento ocupaban uno de los puestos más bajos de la sociedad. En la Ciudad de la Luz  conoció a Honoré Daumier de quien tomó los contrastes de luces y sombras apreciables en los lienzos del normando, sobre todos los que recrean escenas de la naturaleza.

Podríamos citar muchas de sus obras: El Angelus (quizás la más conocida) Las espigadoras, Pastora con su rebaño o El sembrador. En todas Millet representa aquello que vio en su infancia, humildes trabajadores que se encuentran realizando las tareas de su oficio, por lo tanto, se prima el recuerdo de sus primeros años aun que hay quienes quieren identificarlo con una crítica social, desde luego, nada de imágenes bucólicas. 

En Las espigadoras vemos a tres campesinas en plena faena, iluminadas por la luz del atardecer que le dan cierto tono dramático a la tela, algo que se ha utilizado para emparentar al artista con los Impresionistas. Las mujeres están vestidas con la ropa típica de Normandía y recogen la cosecha sin ocultar su esfuerzo (una de ellas posa una de sus manos en la espalda en un gesto de dolor), quizás por ello también son vistas como personas dignas de admiración. Al fondo podemos ver un carro cargado de espigas, aquí los tonos se aclaran y complementan a la oscuridad más cercana.


Como dice Ernesto Sábato en La resistencia, ¿no es hora de disfrutar en silencio de la naturaleza o de la hora del atardecer, como nos recuerda la obra de Millet? Volvamos a “lograr la belleza en un guiso o una sopa de caldo humeante” acompañada de un buen trozo de pan “que nos vincule a un amigo en una noche cualquiera”. Al fin y al cabo como dice Ibán Yarza “el pan es algo simple, profundo y querido”; la importancia de lo cotidiano.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Unas berenjenas misteriosas



Un toque de canela es una película de nacionalidad griega dirigida por Tassos Boulmetis en el año 2003. Cuenta en su reparto con Georges Corraface e Ieroklis Michailidis. Corraface es Fanis Iakovidis, un profesor de astrofísica que vive un momento importante en su vida: se reencuentra con su abuelo. Este ha sido un persona fundamental en la vida del profesor (sobre todo en la forma de vivirla a través de la gastronomía) aunque deja de verlo a la edad de siete años. Para volver a acercarse a su abuelo, finalmente realiza un viaje a Estambul, donde nació, allí rememora su infancia y analiza el presente.

La obra está dividida en la tres etapas de una comida: primer plato, segundo plato y postre. La gastronomía, por tanto, es muy importante; sobre todo las especias (ya al inicio el abuelo las relaciona con la astronomía, profesión del protagonista). También aparecen algunos asuntos políticos, como los desencuentros entre Grecia y Turquía en los años 60.

Durante el primer plato, es decir, durante la infancia del protagonista, sus padres descubre unas misteriosas berenjenas “iman” en la mesa del comedor, que no saben quien ha cocinado. Es la primera receta de Fanis, el niño ha aprendido la lección de su abuelo que conserva durante todo el tiempo que lleva sin verle.

La receta de las berenjenas “iman” es de origen bizantino; sabemos que estos eran amantes de la comida bien aderezada y eso es algo todavía evidente en la cocina griega y turca, sobre todo en platos de verduras. En Turquía la herencia bizantina se aprecia en platos como el arroz pilaf aromatizado con muchas especias o en  las “berenjenas del Imán” llamadas “Iman Bayildi” en las que lo importante es el toque de canela.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La verdad está en el interior

Javier Marías (1951) es uno de los escritores españoles vivos más populares, además de traductor, editor y miembro de la Academia donde ocupa el sillón R. Es conocido también por ser hijo del filósofo Julián Marías, encarcelado y represaliado por ser republicano, él y toda su familia pasaron algunos años viviendo en Estados Unidos.

Javier Marías cuenta con una abundante obra, desde su primera novela Los dominios del lobo, Todas las almas, Mientras ellas duermen, Mañana en la batalla piensa en mi y su última e ingente obra Tu rostro mañana (compuesta por una ambiciosa trilogía). Ha trabajado dando clases en Oxford, como traductor y es notable su labor como articulista, actividad que siempre le ha proporcionado cierta controversia. Su labor es tan prolífica que  hasta se ha nombrado rey ficticio del Reino de Redonda, cargo desde el que ha otorgado títulos nobiliarios a personajes ilustres como Coetzee, Milan Kundera o Francis Ford Coppola.

"No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados" Este es el comienzo, cuando menos intrigante, de Corazón tan blanco, novela que le debe su nombre a unos versos de Shakespeare en Macbeth “My hands are of your colour; but I shame to wear a heart so white" ("Mis manos son de tu color, pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco."). Solo con este inicio el libro ya reúne uno de los ingredientes fundamentales para enganchar a un público que leyó masivamente la obra.

Los protagonistas de Corazón tan blanco son varios: Ranz, Juan Ranz, Luisa, Custardoy, Berta…y todos ello se muestran con rasgos bien diferenciados, ocultando o mostrando sus secretos, la inocencia que se va tiñendo con el paso del tiempo…



Pero no podemos olvidarnos de uno de los protagonistas más importantes, acaso el más importante: el lenguaje. No es casualidad que algunos personajes sean traductores: se destaca la fuerza de la palabra y del silencio. El engaño, el ocultamiento del que se habla en Corazón tan blanco, tiene un paralelismo en la traducción, en el lenguaje, como engaño que se acerca a la literatura, a la ficción porque  como dice Vargas Llosa:”las novelas mienten-no pueden hacer otra cosa-pero esa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse  encubierta, disfrazada de lo que no es”. La verdad de las mentiras.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Todos los colores del negro


Llevo bastante tiempo queriendo dedicarle a Turner una entrada. El pintor británico cuyo nombre completo es Joseph Mallord William Turner (nació en Covent Garden, Londres el 23 de abril de 1775 y murió el 19 de diciembre de 1851) ha sido objeto durante todo este verano de una exposición en el Museo del Prado, Turner y Los Maestros, que lamentablemente no he podido visitar. La muestra ha sido exhibida con anterioridad en Londres y, posteriormente, en París contando con una gran acogida.

El artista no ha sido siempre ha estado tan “de moda” de hecho durante gran parte de la historia ha sido un pintor bastante controvertido. Comenzó pintando al gusto de la época, lo que le proporcionó éxito y seguridad económica (pudo viajar en varias ocasiones a Italia y Francia, algo que se puede apreciar en algunas de sus obras posteriores al viaje )pero muy pronto pasó a  un estilo libre que llamaba mucho la atención: se acercó a la abstracción y por ello se le consideró como un artista demente, sobre todo en los últimos años de su vida.

No obstante, Turner se adelantó en varios años a su época, avanzó el Impresionismo puesto que en su trabajo recrea con bastante asiduidad los fenómenos atmosféricos y la impresión que tiene de ellos, por eso, suscitó tanto interés a los pintores impresionistas como Sisley, Monet… 

Teoría del color de Moses                                                             Teoría del color de Goethe
                            












Por supuesto, también la luz es fundamental en sus lienzos, realiza numerosas investigaciones sobre ella, la atmósfera y teoría del color. Leyendo algunos datos sobre su vida y su época, he sabido que hubo una erupción del Monte Tambora (Indonesia) en 1815. Este fenómeno lanzó unos 100 Kms cúbicos de polvo y cenizas. Tal vez es la causa por la que 1816 fue conocido como el año sin verano, por el frío y las nieblas que causó y que al parecer inspiraron a Turner para sus obras…bien pudiera ser llamado, también, el año de la luz.
 
 

La obra que he escogido, Pescadores en el mar, es una de sus numerosas escenas de mar (se identifica a Turner también como pintor de marinas) aunque también son muy conocidas algunas de sus pinturas históricas y mitológicas, como Dido construye Cartago y, desde luego, aquellas como Dos botes, en las que con solo dos trazos nos pone la vida y el mundo por delante.