miércoles, 27 de abril de 2016

Dos nuevas razones por las que amarás al rojo

Nunca se me habría ocurrido hacer una autobiografía en rojo. Tengo una mezcla de sensaciones con este color, una especie de atracción/repulsión, algo evidentemente confuso, y más en alguien que, como yo, está en una continua lucha interna.


Anne Carson, sin embargo, tiene la valentía de escribir una Autobiografía en rojo, recientemente publicada por Pre-Textos, libro que ansiaba leer. En realidad, no es su autobiografía, sino la de Gerión, personaje mitológico que la autora convierte en un chico contemporáneo. A lo largo del libro descubrimos su infancia y adolescencia, marcada al conocer a Heracles. Gerión va siempre cargado con su cámara y, en realidad, no escribe su autobiografía: la va construyendo con imágenes. Quizás por eso me identifico tanto con él o con Anne Carson. 


A la escritora canadiense le han traducido algunos libros al español: Decreación, Hombres en sus horas libres, La belleza del marido, Albertine...; el más reciente es este del que os hablo. En todos ellos encontramos una mezcla de poesía, novela e incluso ensayo; algo magnético y misterioso. Me siento muy atraída por la obra porque Anne Carson se arriesga y hace algo, me parece, que nadie ha intentado antes. También me apasiona porque en todos sus libros pueden vislumbrarse varias líneas de interpretación, diferentes niveles de lectura, y en ellos se da esa mezcla de atracción/repulsión que todos experimentamos ante "los amores equivocados". 



Por eso, no sé si el rojo es uno de mis amores equivocados, pero cuando pensaba hacer un plato de este color siempre me venían a la cabeza "ideas bonitas", como dice mi compañera y amiga Miriam, de El invitado de invierno, tenía que  hacer una receta fotogénica. Así que os propongo algo sencillo y hermoso, porque como he dicho en otras ocasiones casi siempre se come por los ojos y, por supuesto, también nos alimentamos colores. 



Una buena rebanada de pan de verdad, una mezcla  de remolacha, anacardos y aceite de coco para untar, unas frambuesas encima y ya tenemos una merienda para chuparnos los dedos. Si lo acompañáis de Autobiografía en rojo, estoy segura de que el color os llegará al corazón. 



domingo, 10 de abril de 2016

¿Cómo es posible comer cosas blancas?*


¿Qué es una obsesión? Según la RAE es una "idea fija o recurrente que condiciona una determinada actitud." La historia de una obsesión es el subtítulo del libro que he estado leyendo estos últimos días, El oro blanco. Historia de una obsesión. 


¿Puede alguien volverse loco por algo? ¿Puede un material como la porcelana guiar nuestra vida? Sí, si no descubrimos su secreto; es decir, si nos equivocamos. Si repetimos una y otra vez, si a veces las cosas no salen bien, si no nos rendimos nunca...


Edmund de Waal no se ha rendido nunca con la porcelana y aún hay piezas que no cuajan del todo, que no le salen bien. Parece que escribir sí se le da bien: publicó en Acantilado en el 2012 La liebre con ojos de ámbar y ahora, éste tiempo después llega con este nuevo volumen en el que nos   encontramos una mezcla de historia, crónica, libro de viajes y autobiografía; todo en uno y con un protagonista: la porcelana, esa obsesión que va creciendo a medida que nos sumergimos en el libro. El escritor inglés se considera, fundamentalmente, ceramista, ése es su oficio y a ello le dedica la mayor parte del tiempo. 


En El oro blanco de Waal nos lleva de viaje a China, a la Europa del siglo XVII, e incluso a la Alemania nazi donde también había lugar para la belleza.  Desde el nacimiento de la porcelana y hasta las últimas piezas fabricadas (os recomiendo que visitéis la página web del autor, hay auténticas maravillas hechas por él), el libro hace un repaso por esa obsesión con el blanco, por el oro blanco. Ciertamente, el blanco es un color obsesivo: lo es todo, es el principio, el fin y dentro de él están todos los colores, incluso puede ser el negro más profundo. En el principio era el vacío, el caos. Ese vacío oscuro, lugar de caída y de vértigo, se rompió y dio origen a la luz, a la creación. Kandinsky decía que del blanco sale un gran silencio, pero ese silencio no está muerto, sino lleno de posibilidades. 


Estas bolitas de coco son tan frágiles como la porcelana, pero tienen una potencia fuera de lo normal, gracias a sus ingredientes.  Blancas por fuera y de oro por dentro, nos prometen disfrutar de un bocado sano y delicioso. 


*El título del post procede de una pregunta de los hijos del autor: ¿Cómo es posible hacer cosas blancas? De Waal contesta que el blanco es un modo de volver a empezar, no es cuestión de buen gusto, hacer cosas blancas es una forma de volver a empezar, de encontrar tu camino, ruta y rodeo hacia ti mismo… Pues eso


domingo, 3 de abril de 2016

Al Este del Edén. En mi primavera la nube gris baja.






“En mi primavera la nube gris baja” es un verso de Juan Ramón Jiménez en Baladas de primavera.

La primavera tiene un poco de eso: nubes grises y sol, luz y oscuridad, sueños y pesadillas. Supongo que lo importante es disfrutar todas y cada una de esas cosas. En eso ando


Os dejo con otro puñado de cosas que me han gustado:

El nuevo disco de The last shadow puppets salió este viernes y no sé las veces que lo he escuchado ya. Adoro a estos chicos.

Un proyecto de dos fotógrafos instalados en partes diferentes del mundo con una foto hecha por cada uno de ellos en el mismo instante.

Pronto tendréis un post sobre estos dos: El oro blanco y Autobiografía en rojo.

La casa de Louise Bourgeois se ha abierto al público. Otra razón para volver a Nueva York.  

Termino con esta canción llamada The dream synopsis porque este blog no es más que un resumen de mis sueños. Recuerdo el año 2008, tan importante para mí, cuando escuchaba y volvía a escuchar el anterior disco de Alex Turner y Miles Kane: The Age of Understatement. Han pasado muchas cosas desde entonces, entre otras, todo lo maravilloso con este blog desde el que os escribo. Y me doy cuenta de ello, pero como os he dicho en otras ocasiones, me sigo moviendo porque sé que vendrán lugares más luminosos. Como dice la canción: “tengo un sentimiento, empiezo a correr, no importa por qué lo hago, en realidad, nunca lo supe”, y yo añado: pero no hay quien me pare.



Well we were kissing it was secret
We’d had to sneak beyond the kitchen
Both well aware that there’d be trouble
If the manager should find us
You’d got a leaning tower of pint pots in your hand
You can carry much more than I can

And a wicked gale came howling up through
Sheffield City Centre
There was palm tree debris everywhere and a Roman Colosseum
Isn’t it boring when I talk about my dreams

I’m in a building and I notice
That I’m surrounded by the ocean
I get a feeling, I start running
Don’t really know why I am running
I never really know why I am running
‘til I get caught
Want to wake up to my dream report?

And the snow was falling thick and fast
We were bombing down Los Feliz
It was You and Me and Miles Kane
And some kid I went to school with
Isn't it ugly when I talk about my…

Visions of the past and possible future
Shoot through my mind and I can’t let go
Inseparable opposing images
When can you come back again?

And a wicked gale came howling up through
Sheffield City Centre
There was palm tree debris everywhere and a Roman Colosseum
Isn't it awful when I talk about my dreams

It must be torture when I talk about my dreams