sábado, 7 de mayo de 2011

El color amansa a las fieras

 
 
En 1903 se reúnen un grupo de artistas como André Derain o Maurice Vlaminck entorno a la figura de Henri Matisse, padre del fauvismo. Fauvismo es un término que surge en el Salón de Otoño de 1905 para identificar una serie de obras “incoherentes” por expresarse de forma intensa y diferente, según el crítico Louis Vauxcelles. Por ello se consideraron salvajes, fieras en su término francés “fauves”.
 Este grupo de pintores incrementan la independencia del cuadro frente a la descripción del objeto; lo importante es el color porque según Matisse desarrolla el “space spirituel”, es decir, se presenta como una expresión de serenidad, calma y equilibrio como en el titulo de esta obra  con ecos puntillistas.
El movimiento supone una revolución posterior al Impresionismo: se preocupan por el color brillante, intenso y puro; las sombras aparecerán como diferentes colores y no como un cambio del tono. Por otro lado, el color es plano, la perspectiva se pierde, la profundidad se abandona. El espacio viene de la mano de la tonalidad simple y sencilla.
 

“La fuerza de la expresión brota de la superficie cromática total” dice Matisse; es decir, podemos revelar muchas cosas a través del color, por ello estoy hablando de una escuela totalmente poética y emocional, los colores describen sentimientos y emociones.
 
La pintura, como la gastronomía está vinculada al mundo de los sentidos, a la percepción y ambas disciplinas están más unidas de lo que muchas veces pensamos. La pintura y  la cocina son expresión de sentimientos y estados anímicos. Por eso muchas veces los humanos pueden ser verdes o rojos y los bizcochos del color del arco iris.

El mundo es más grande que cada uno de nosotros y los fauvistas nos enseñaron a ver de otro modo que formas: colores y es precisamente en el color en donde está la forma. Por eso el fauvismo es una forma de poesía: podemos oir una sinfonía contemplando una pintura o podemos ver colores al leer.  Aunque según los médicos esto es una enfermedad, a mi se me antoja que este bizcocho sabe a sueños y entusiasmo. 

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravilloso, un bizcocho puntillista. Me parece divertidísimo. Y, como siempre, me han encantado tus explicaciones. Tu blog es un remanso de elegancia.

Besos,
Nikk

PiLuKa dijo...

QUe bonito y divertido te ha quedado! Nunca he usado colorante pero voy a comprarlo ya mismo!
Besitos

Elena dijo...

Eres una artista en toda regla. Este bizcocho multicolor está a la altura de los mejores cuadros fauvistas. Con esos colores tan vivos, invita al optimismo y, como siempre, a devorarlo con fruición. Me ha encantado tu aproximación a este estilo, que siempre me ha parecido vitalista y lleno de posibilidades.
Un besote

antonia dijo...

te ha quedado una entrada redonda, genial el paralelismo que has hecho!!enhorabuena

món cosit a mà dijo...

Me encantará probarla. A ellos, los mas chicos de la casa, les va a encantar el color. Besos, Montse.

Anónimo dijo...

En torno a las fotografías, bastante bien: el entorno en el que se envuelven las imágenes siempre es importante.

Ingrid dijo...

Una auténtica preciosidad de bicochitos!! me encantan! te ha quedado bien divertidos!
Muchos Besoss

Coses de Llàbiro dijo...

De colores llaman mucho más la atención, ideal para niños.
Besos.

Judith dijo...

estás segura que amansa a las fieras? te han quedado súper bonitos! besitos guapa

Monica dijo...

Preciosos, qué delicadeza tienes para fotografiar!

Ernestina Causse dijo...

Muchas gracias a todos. Un beso

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