sábado, 9 de octubre de 2010

El sabor de lo agridulce

 
 
Bartolomé Esteban Murillo nació un 31 de diciembre de 1617 en Sevilla. Tuvo 14 hermanos siendo las hermanas mayores quienes lo criaron al morir sus padres. Se formó como pintor en el taller de Juan Castillo donde fue compañero de Alonso Cano. A los 22 años montó su propio taller y se interesó a fondo por la pintura flamenca, aunque al parecer no salió de su ciudad, que era en la época un emporio comercial.

Es principalmente conocido por sus Vírgenes con niño (la impresionante Virgen del Rosario) y por sus Inmaculadas. De gran realismo, su pintura también recogió algunos temas  sociales y de estética naturalista en sus obras más populares, como los niños mendigos que nos ocupan hoy; Niños comiendo melón y uvas que se puede contemplar en Alte Pinakothek, de Munich.
En la obra, hacia 1645-50 apreciamos la influencia naturalista en la pintura de Murillo. Las dos figuras aparecen delante un edificio en ruinas; el artista quiere representarlos como auténticos “niños de la calle”, con ropas raídas y gestos de avidez. Las frutas han sido plasmadas de manera muy realista, la pincelada tiene soltura, rapidez y vemos ahora algunas transparencias. El color es dulce y el fondo, bastante luminoso; parece evidente la influencia veneciana; aunque esta no es la única que se aprecia en sus obras: también Ribera, Zurbarán, y la pintura flamenca.
 
Como decíamos, Murillo quería representar a la gente de la calle en la Sevilla del siglo XVII, niños y ancianos hambrientos, maltrechos, abandonados, pero siempre con un gesto de dulzura que los hace entrañables y humanos, brillan por su dignidad y están rodeados por un hálito de belleza que nada tiene que ver con la apariencia ¿No se estaba representando a si mismo en un pasado imaginario? Un niño de 10 años que se queda sin sus padres. ¿Pintaba de esta manera una suerte de agradecimiento a sus hermanas?

13 comentarios:

diminuta dijo...

cada vez haces mejores fotos, a este paso le quitas el puesto a juanlu, ejem! ;)

Robert dijo...

El cuadro es muy hermoso con su melón lleno de moscas. La miseria puede transfigurarse. ¿Sabes si podría hacerse la receta con el melón de siempre?

Ernestina Causse dijo...

Gracias diminuta. Roberto, claro que si, hay que probar, probarlo todo. Un beso

La cuina vermella dijo...

Hola preciosa, tus entradas nos maravillan, tienes una manera deliciosa de escribir, la estética de las recetas está impecable, y tus recetas son una genialidad. Te adoramos.

nuria dijo...

Una receta muy original y unas fotos de 10, estupenda entrada guapa! :) besos

Miriam dijo...

Precioso!

Claudia Varleta dijo...

Que linda están las fotos!!!!!!! me encanta venir a ver tu blog. La receta bien novedosa.
saludos

Román dijo...

Quitando informaciones (cotilleos) de primera mano y datos sobre series imperdibles, conocer tu blog está el top de lo mejor de twitter hasta el momento.

Ingrid dijo...

Una receta exquisita!!! y una presentacion espectacular! Mil besos

fresaypimienta dijo...

Que lujo de recta Linda, tus fotografías hablan por si mismas: tus patos son siempre un placer para los sentidos! una tarta de contrastes perfectos. un beso guapa

Monica dijo...

Me encanta cómo enlazas la receta con la literatura o el arte. Es toda una proeza.

nacho dijo...

Ole,por fin una entrada sevillana a más no poder.Melón y jamón,eso lo veo yo desde niño,si no me equivoco tita Agustina lo comía,pero no en tarta,jajaja.Y lo de Murillo...espectacular.Un saludo.

Ernestina Causse dijo...

Muchísimas gracias a todos.Besos

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