sábado, 11 de septiembre de 2010

People married*


Dos en la carretera

Dos en la carretera (entrad aquí para ver el trailer) es una película de 1967 sobre la relación de un matrimonio formado por Mark (Albert Finney) y Joanna (Audrey Hepburn) dirigida por Stanley Donen. Durante 111 minutos podemos disfrutar de la originalidad y brillantez de esta cinta a través de una concepción poética de  la narración y una brillante banda sonora de Henry Mancini .

Básicamente la película cuenta una historia de amor a través de saltos en el tiempo (un gesto u objeto, como el pasaporte de Mark, sirve para enlazar episodios, además de alegoría), desde que la pareja se conoce hasta el momento máximo de crisis o degeneración y todo ello siempre en carretera, por esto, se la ha querido encasillar en el género “road movie” aunque no parece del todo apropiado puesto que aquí se relatan cinco viajes. Estrictamente la “road movie” cuenta un viaje que cambia la vida de quien lo realiza, con un desarrollo pormenorizado del itinerario, algo que aquí no ocurre.

La idea de esta historia es producto de la mente del guionista Frederic Raphaele (quien después trabajaría para Stanley Kubrik en Eyes Wide Shut, otra historia de una pareja...) durante los viajes que realizaba con su mujer por el sur de Francia.

Se trata de una construcción narrativa muy interesante, pues hablamos de la inexorabilidad del tiempo; los protagonistas recorren los mismos lugares pero ellos sufren cambios de todo tipo: físicos, morales, sociales... Por ejemplo, Autrey Hepburn sufre un radical cambio de imagen durante el rodaje, además deja de colaborar con su admirado Hubert de Givenchy para lucir vestidos tan espectaculares y propios de la época como este que aparece en la foto de Paco Rabanne.

En el plano gastronómico nos permite hacer una reflexión: muchas veces un bocadillo, un trozo de “baguette” con lo que encontremos a mano puede resultarnos mucho más sabroso y agradable que una cena en el mejor restaurante del mundo según la guía Michelín. ¿Cómo? Con dosis de entusiasmo por la vida, aceptando los cambios que esta nos ofrece y por supuesto, siempre, en la compañía adecuada.

Dos en la carretera (originalmente Two for the road) ganó la Concha de Oro a la mejor película en el Festival de San Sebastián de 1967 y es mi película favorita, la adoro. Espero que os guste también.
 


* Albert Finney: ¿Qué clase de personas pasan horas juntos sin tener nada que decirse? 
Audrey Hepburn: Los matrimonios. 
                                             --------o--------
Audrey Hepburn: No parecen muy felices. 
Albert Finney: ¿Por qué iban a parecerlo? Acaban de casarse.

18 comentarios:

Miriam dijo...

Me encanta Dos en la carretera, entre otras cosas porque soy superfan de Audrey... estupendo post.

Elena dijo...

Sigo muy pocos blogs ahora, pero el tuyo es cita ineludible, me encanta, aunque pocas veces te haga comentarios. Un beso

Anónimo dijo...

Una buena película ¿debe ir acompañada de comida? Odio las palomitas en los cines.

Lapitusa dijo...

Me ha encantado, gracias por compartirte. Bisou.

La Panoteca dijo...

Que buena película!! y si va acompañada de estas espectaculares baguette mejor. Te quedaron de maravillas y el sandwich me lo comería se pudiera. Me dio muuuucha hambre.
Bss
tita

nuria dijo...

Pues esta peli no la he visto, pero por tus recomendaciones me la apunto para un fin de semana. Estupenda entrada y receta, como siempre :) besos

nacho dijo...

Para mi un trozo de pan "seco" (como se ha dicho toda la vida al pan solo)... es una tentación,y con un chorreoncito de aceite de oliva...pecado seguro,jajaja.Y es que como ha dicho siempre mi abuela: "comer sin pan no es comer".Un saludo.

Ivana dijo...

que rica la baguette!!y tomo nota de la pelicula!
besitos

Ingrid dijo...

Acabo de descubrirte! me encanta como combinas las recetas con el cine!esto eran películas.... me quedo por aquí! Besos

Ernestina Causse dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentrios. A los que no habéis visto las película,hacédlo, es maravillosa. Un beso

fresaypimienta dijo...

Linda, no he visto la película pero leyendo tu entrada creo que es una de esas películas que me va encantar.
Estoy totalmente de acuerdo contigo cuando hablas del "entusiasmo" en la vida, y en que a veces en las pequeñas cosas cotidianas se puede disfrutar muchísimo. Ésta es mi máxima en mi vida, saber disfrutar de las pequeñas cosas que la vida nos ofrece, como comer un pedazo de baguette recién horneada, en la cocina, junto a esa persona con la que compartes estos pequeños momentos cotidianos. Feliz semana guapa

Monica dijo...

La receta es estupenda. Y la película....maravillosa, como tú bien dices.

diminuta dijo...

me ha encantado esta entrada ;)
(y es una de mis pelis favoritas)

Anónimo dijo...

Holaaaaa! que tal!!!! me he paseado un rato por tu blog y me gusta.

Así que me llevo unas migas de este pan y todo el jamón!!!! jajajja


un saludo desde Compostela!

Ahhhh y te sigo ehhh

lamam

Begoña dijo...

Estoy de acuerdo, no es una road movie. Me asusta mucho pensar que dos personas que fueron tan felices y se quisieron tanto puedan tener tanto asco y sentir el uno por el otro esa indiferencia. Aunque me suena (hace muchos muchos años que la vi) que al final se medio apañan, ¿no? El vestido de Paco Rabane es increible. Este y el de Barbarella (peliculón) son de lo mejor que nos dejaron los sesenta.

Sabina dijo...

Muchas gracias por compartir la receta! La he seguido a rajatabla porque me ha parecido sencillita para mi primer intento de elaborar pan casero en casa... pero si te soy sincera, me ha salido fatal. La corteza con una capa gruesa y durísima, aunque la miga era tierna, y lo peor de todo... saladísimo! Y las he echado rasas rasas, prometido.

Ernestina Causse dijo...

Sabina, el pan es difícil de hacer, de todas formas este es sencillito, como dices. La clave está en dejarlo levar lo suficiente, y lo de la sal...pues intentalo con menos. Gracias y un saludo

Sabina dijo...

Muchas gracias, tendré más paciencia con el próximo y lo dejaré reposar más. Ya irán saliendo, me gustaría mucho aprender a hacer un buen pan casero así que iré empezando con estas recetas sencillas. Además la ilusión que me hizo oler a pan horneándose no me la quita nadie. Besos

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