lunes, 25 de junio de 2012

"Toda sombra tiene algún rayo de luz que la traspasa"






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Cuando el dolor me inunda,
baten las mariposas
sus alas de papel en mis pestañas.
Son manchas deslumbrantes
que bailan suavemente ante mis ojos
en un prisma confuso
de colores y lágrimas.
Cuando la vida apunta
su dardo tenebroso
contra mi desmemoria fugitiva,
y en lo tierno del alma me golpea,
más bellos se acicalan los jardines
y más huele a azahar.
Todo el universo se conjura
para entonar el himno
del que renace, limpia, la mañana
Y es una lucha estéril
la mía contra el sol.
Pues toda sombra tiene
algún rayo de luz que la traspasa.

Laura Campmany estudió filología hispánica y trabaja como traductora en la Unión Europea de Bruselas. Ha obtenido varios premios por su faceta poética como el Premio Poesía de la Feria del Libro y Premio Hiperión. Ha publicado dos poemarios anteriores a este: Del amor o del agua y Travesía del olvido.

Este poema pertenece a su último poemario El ángel fumador dividido en cinco partes; las primeras dedicadas al amor y las últimas con un tono mucho más triste y profundo como este que habéis leído. Campmany me deslumbra por su naturalidad y luminosidad, con su escritura sin excesos.  

He sentido como mío este poema (también otros del mismo poemario: “en la que la simple hechura de tu mano me basta”), como he dicho arriba Campmany es muy natural  y vives como propio lo que expresa. Cuando las cosas se ponen difíciles, cuando el dolor y la tristeza te inundan y te derrumbas, la belleza siempre está a nuestro alrededor, lo hermoso, para poder soportar con esperanza los momentos de desolación. No hay nada más que añadir; queda sólo hacer silencio, un silencio ante “el ruido que me sigue  siempre” como dicen mis amigos de Maga en su último disco Satie contra Godzilla. Y ahora, por favor..."dejad que las lágrimas me permitan ver las estrellas"






La comida también posee la cualidad de consolarnos porque nos ofrece sabor y belleza. Por eso he elegido esta refrescante receta de melón y sandía al agua de azahar. No sólo es el contraste de colores y sabores, sino también el olor que nos ayuda a observar el mundo con otros ojos, de otra forma, llenos de esperanza. La comida puede ayudarnos a ver de otro modo y a entender que dónde algunos encuentran sólo un final, posiblemente haya en realidad el inicio de una vida nueva.



Gracias a Katie Stearns por la traducción.

domingo, 17 de junio de 2012

Levantarse con la vida






Goerogia O´Keeffe es una pintora americana nacida en 1887 y perteneciente a la llamada Escuela Preciosista Americana. Nació en un pueblo, pero como pronto se dedicó a estudiar arte, debió dejarlo para seguir sus estudios primero en Chicago y después en Nueva York.

Pronto empezó a relacionarse con Alfred Stieglitz, acudía a sus galerías y finalmente terminó casándose con él. La mayoría de sus cuadros son abstracciones basadas en motivos naturales, o las grandes pinturas de flores ampliadas a escala gigante. La imagen de la que os voy  a hablar hoy no tiene mucho que ver con ello, se llama Melocotón y vaso  y es una pintura totalmente limpia y fresca.

Si la observamos con detenimiento nos sugiere el comienzo del día, el desayuno, quizás un brunch, nos acerca al verano, a la frescura, al mar.  Hay más colores de los que parecen a primera vista: naranja, rojo, azul, gris y blanco pero, ¿cuántas gradaciones dentro del blanco? Las sombras rodean todos los elementos de la composición y le dan cierto matiz al conjunto. El solitario melocotón aparece en el centro de la composición y destaca con fuerza por su color dentro del plato, como si estuviera navegando en el. Es tal su fuerza y la limpidez de la obra, incluso su sencillez, me ha invitado a pensar en la mañana: un alimento que da fuerzas para emprender el día como un viaje.

¿Dónde podríamos tomar este frugal desayuno? Se me ocurren muchos lugares y todos tiene como denominador común la felicidad, la serenidad. El color blanco con toques azules nos podría llevar a la orilla del mar y tomarnos un brunch contemplando desde la terraza el azul infinito. Podríamos estar en París o en Nueva York o simplemente donde nos encontramos  y apreciar el color que la luz proporciona a cada instante. Como nuestros ojos quieren la luz y el color, nuestro paladar anhela el sabor, la sensación de esta ensalada variada.

Es una obra para comenzar la vida, para inaugurar un nuevo momento, refrescante, diferente…como esta ensalada con toques de fruta, dulce y salado con la mostaza y el queso. Las dos, la pintura y la ensalada, nos animan a comenzar de nuevo, a retomar el camino o comenzar uno nuevo porque lo mejor está todavía  por llegar.

domingo, 10 de junio de 2012

La belleza de lo común


Retrato de mujer

Debe ser a elección.
Cambiar para que no cambie nada.
Es fácil, imposible, difícil, vale un intento.
Sus ojos son, si cabe, una vez azules, otra vez grises,
negros, alegres, sin causa llenos de lágrimas.
Duerme con él como una cualquiera, única en el mundo.
Le parirá cuatro hijos, ningún hijo, uno.
Ingenua, mas la que mejor aconseja.
Débil, mas podrá con el peso.
No tiene cabeza, pues la tendrá.
Lee a Jaspers, y revistas de mujeres.
No sabe el porqué de este tornillo y construirá un puente.
Joven, como siempre joven, todavía joven.
Sostiene en sus manos un gorrión alirroto,
su propio dinero para un viaje largo y ajeno,
un mazo, una compresa y una copa de vodka.
¿A dónde corre?, ¿no está cansada?
Que no, un poco, mucho, no pasa nada.
O le quiere o se empeña.
Por lo bueno, por lo malo y por el amor de Dios.

Este es el retrato de una mujer, una mujer como Wislawa Szymborska, poeta polaca que murió el pasado uno de febrero a los 88 años de edad. Conocía a esta poeta desde hace ya algunos años y tengo varios poemarios suyos, todos espléndidos; el último publicado en España por Bartleby Editores, Aquí , reúne algunos de los mejores poemas de su trayectoria. Retrato de mujer aparece en El gran número. Fin y principio y otros poemas. de Hiperión.

Szymborska nació en una pequeña localidad polaca y se trasladó muy joven con toda su familia a Cracovia, donde ha vivido toda su vida. Allí comenzó estudios universitarios que no terminó por problemas económicos y desde muy joven se inició en el mundo de la poesía publicando en algunas revistas en las que también ejercía de ilustradora, de hecho, hemos podido disfrutar de algunos de los collages que a lo largo de su existencia.

También ejerció como traductora y ha recibido numeroso premios, entre ellos, el Premio Nobel de Literatura en el año 1996 gracias al cual se dio a conocer en nuestro país (antes sólo se habían publicado algunos de sus poemas)

La genialidad de esta mujer reside en su forma de decir la cosas con agudeza, sentido del humor y ternura. Resulta entrañable en todas sus facetas pero admiro y me siento apabullada ante su facilidad para encontrar belleza en lo cotidiano. Eso lo transmite en sus poemas. Palabras sencillas pero contundentes, dulces pero amargas, populares pero grandiosas, ese es su distintivo: la verdad y lo contrario, el retrato de una mujer que puede ser un hombre…”por lo bueno, por lo malo y por el amor de Dios”.

Esta ensalada tiene la belleza de lo común, como el poema, es diferente pero también habitual, es fastuosa y sencilla. Como cualquier mujer, la ensalada tiene algo propio, inconfundible; todas tienen su encanto, su singularidad. Eso es lo interesante y lo divertido de las ensaladas, que nos dejemos invadir por ellas descubriendo cada ingrediente escondido, cada rasgo sorprendente llegando a lo mejor de cada una de ellas y dejándonos vencer ante su belleza cotidiana.



domingo, 3 de junio de 2012

Looking for the summer



(Scroll down for English version)


Hace unos días escuché por causalidad una canción que no conocía; al menos, no la recordaba y me pareció totalmente evocadora, porque me hizo sentir totalmente aquello que decía: buscando la llegada del verano, los días largos y el tiempo ocioso.

La canción se llama Looking for the summer  de Chris Rea. Nacido en 1951 en Inglaterra y la mayor parte de su carrera la ha dedicado a la música en diferentes facetas: cantante, guitarrista, compositor y productor. Su estilo alterna el pop, rock y blues incluso a veces soul, jazz, y música tradicional y electrónica. En su larga carrera musical destacan algunos éxitos como Fool, On the beach, Josephine y esta de la que os hablo hoy, Looking for the summer.
 

La pieza nos transporta a la lasitud, a la serenidad del verano. Los días son largos y nuestros gestos lentos y pausados,  como si la vida se estuviera grabando a cámara lenta. A fuego lento (como decía mi amigo Bruno el otro día en Me gusta esta música) las cosas salen mejor así sucede en  esta canción veraniega de ritmo pausado.


La leche merengada no se hace a fuego lento, aunque también necesita su tiempo: mezclar los ingredientes, congelarla, esperar y removerla. Merece la pena que nos acompañe en la languidez y el abatimiento estival. El limón, la canela y la leche fría nos ayudan a “recuperar” el futuro, lo que está por venir: un verano largo y acompasado. Dejemos que el tiempo se detenga, disfrutemos de la promesa del verano, sin prisa porque a veces  es más divertido imaginar la llegada de este tiempo que vivir los momentos álgidos del verano.

Como escuchamos en la canción se está produciendo un cambio, poco a poco y rítmicamente estamos mirando el verano, estamos buscando su belleza y tranquilidad, vamos dejando atrás los días de primavera y todavía hoy tenemos ganas de volar, como dice la canción, ganas de volar para escapar buscando el verano. Ya que también tenemos la convicción, como decía Scott Fitzgerald en El gran Gatsby, de que la vida comienza de nuevo con el verano. ¿Brindamos por ello?

La canción también puede aplicarse a una de las condiciones del ser humano, la insatisfacción. En el presente vemos el futuro, pues nos encaminamos continuamente hacia él. Siempre deseamos algo, un deseo que nunca podemos terminar de saciar, porque cuando lo cumplimos, ese mismo deseo nos impulsa hacia nuevas realidades, por eso, en primavera buscamos el verano y con el verano, la leche merengada.

Una bebida que golpea nuestro paladar con toques dulces, cítricos y especiados, que bebemos con avidez  frente a la lentitud de esas largas tardes estivales, trayéndonos la felicidad que siempre promete el verano , ¿no lo buscamos precisamente por eso?