Atticus
Finch es el padre que todos quisimos tener; el hombre elegante, con una
presencia impecable, que todas anhelábamos que nos cuidara; el abogado que todos
desearíamos que nos defendiera. Atticus
Finch es el protagonista de Matar a un ruiseñor, una película de Robert
Mulligan estrenada en el año 1962, basada en la novela homónima de Harper Lee.
La película arranca cuando muchos cayeron en la miseria, cuando todos no tenían
los mismos derechos y las deudas se pagaban con nueces (quizás porque sentían
vergüenza de su pobreza). Finch es un abogado viudo, padre de dos hijos, que
lucha por los ruiseñores, para que puedan volar, es decir, lucha por los
desprotegidos, por la gente sin derechos, por los indefensos sin recibir nada a
cambio. Esos valores son los que han hecho a la película y a la novela
conocidas, y al personaje interpretado por Gregory Peck, inolvidable.
Scoutt es la hija de este hombre de profundas convicciones,
junto con Jem, y la narradora del film:
aporta una mirada llena de inocencia, de misterio y de entusiasmo por las
cosas, por la vida; Scoutt está llena de preguntas, a las que su padre responde
con paciencia y cariño. Poco a poco ella logra comprender las contestaciones ;
por qué lo importante es sentirse cómodo en los zapatos de otra persona y no
juzgarla por su apariencia. Sentirse cómodo en la piel de los demás: entonces
quizás entenderíamos buena parte de la vida. Nunca se conocerá a alguien hasta
que se haya caminado en sus propios zapatos.
Matar a un ruiseñor,
como la brisa una noche de verano, nos permite regresar a la infancia, a la
patria, para tener esa mirada pura y limpia capaz de no juzgar a los demás por las
apariencias sino por lo que son, su sabor real y su olor real, por su presencia
y su ausencia.
Como este plato que puede confundirnos por su apariencia y
que contiene un buen puñado de nueces: lo importante es eliminar los prejuicios,
no sentirse cohibido, probar, siempre probar, intentar dejar atrás las ideas
preconcebidas y los sabores conocidos, no tener miedo a lo nuevo, a empezar
desde lo desconocido o volver al principio porque la vida tiene mucho que
ofrecernos y nunca seremos libres si no nos dejamos elevar por la belleza. En
la cocina, como en la vida, a veces nos dejamos engañar por las apariencias.
Por eso es importante probar las cosas por uno mismo; meter las manos en la
masa para saber de qué están hechas las cosas, cómo se hicieron, por qué
cocinaron para nosotros. Es posible que descubramos cosas interesantes.
Si te pusieras en mi piel, quizás lo entenderías.
11 comentarios:
Es como juzgar un libro por sus tapas.......muy bonito como siempre. Y las fotos maravillosas
Atticus Finch es uno de los personajes de la historia del cine que más me gusta. Y lo que dices es verdad: hay que ponerse en la piel del otro. Me encantan tus fotos: son impagables.
Linda te has hecho esperar, pero ¡Qué me ha gustado! Cuanta significación tiene para mi todo lo que dices!. La película es mi preferida. Muchas gracias por el buen sabor que me has dejado. La receta probare hacerla. Lo de la nata agria no me convence del todo.
Muy hermoso pero complicado.¿Podemos estar en la piel del vencedor y del perdedor, del pobre y del rico, del padre y del hijo...? ¿Podemos juzgarlos? Quizás lo que debamos comprender es que cada persona tiene su propia piel: podemos sentir/ser en alguien pero siempre nos quedará el ser/sentir de otros.
Me ha gustado mucho la ensalada, muy original y deliciosa!
No conozco esta película pero por tu descripción, creo que me gustaría... :-)
Un beso, Linda!
Não conheço o filme mas deve ser muito interessante.
Adoro couve flor e assim deve ficar uma delicia
bj
Conocí antes la novela que la película, y también merece la pena una relectura.
Preciosas fotos y estupenda receta
¡Un abrazo!
Suena ser una pelicula muy linda, tendré que buscarla.
En mi casa toda la vida se ha tomado la ensalada de coliflor con crema, me encanta, aunque debo ver de ponerle nueces y dátiles, pinta muy rico.
bss.
Tremendamnete original, me quedo prendada de esta ensalada de coliflor! besitos
Gregory Peck...ahí me has dado de pleno, con una escena elegida en imagen absolutamente maravillosa, para una ensalada que honra esos tiempos....una delicia siempre.
Besos.
Me gusta lo que cuentas sobre las nueces, me parece una buena idea relacionar el cine y la cocina.
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