“Negra leche del alba”: ¿puede un verso decir
más?, ¿pueden unas pocas palabras tener más fuerza?, ¿puede la poesía regalarnos
una imagen más potente?
La poesía tiene una capacidad extraordinaria para
recrear imágenes y, por eso, siempre mantendrá un fuerte lazo de unión con la
fotografía. “Negra leche del alba” es un verso de Paul Celan, un poeta rumano
(que hoy, 23 de noviembre, cumpliría años), que sufrió las consecuencias del holocausto
judío y se asentó en París. La ciudad lo vio morir cuando se
tiró del Puente Mirabeau. París ha sido estos días mi ciudad, una ciudad gris
otoñal en la que se puede ver de color,
una ciudad que hervía fotografía: del blanco y negro al color.
William
Eggleston: From Black and White to Color ha sido una de las exposiciones que he
visitado, pero si no tenéis la oportunidad de ir, aquí
podéis ver algunas fotos: no os arrepentiréis.
Eggleston comenzó a hacer fotografías en blanco y
negro, pero rápidamente pasó al color. La vieja discusión sobre si la fotografía
en blanco y negro es más fotográfica que la de color se me antoja, a la vista
del trabajo de este fotógrafo, irrelevante, pues los mediocres son dominados por las
técnicas (véase Mellado), pero el verdadero artista sabe poner la técnica al
servicio de su visión de la belleza, de la vida y del mundo. Sin duda, el
blanco y negro es más efectista y en una fotografía así los defectos se
disimulan. Por eso Eggleston es un maestro, porque no se quedó estancado en una técnica, sino que se atreve
a cambiar para entregarnos una visón del mundo llena de color, un color que me
maravilla. Comenzando por esas cajas de leche que me traen a la memoria los
versos de Celan “negra leche del alba” sabe llevarnos a una vida donde el color
nos llena de calor y nos abraza.
La leche es una de los ingrediente básicos de
este brioche, también nos abraza y nos llena de calor. En la cocina, como en la fotografía, las técnicas también son importante, pero creo que nunca serán decisivas. Desde hace unos años las técnicas culinarias han sufrido una revolución y se han expresado opiniones de todos los gustos: desde el rechazo más radical a la exaltación un poco estúpida de cualquier novedad. es importante poner las técnicas al servicio de la visión personal de la cocina: sin estancarse, pero también sin dejarse dominar. Como este brioche, que podemos hacer de muchas manera, pero lo fundamental ¿no es que nos permita disfrutar?