martes, 28 de diciembre de 2010

No son largos los días

  
"Recoged las rosas mientras podáis,
Largos no son los días de Vino y Rosas,
de un nebuloso sueño,
surge nuestro sendero,
y se pierde en otro sueño..."


William Blake Edwards ha muerto el 15 de diciembre pasado a los 88 años de edad después de una larga y fructífera carrera. Edwards es conocido como director de películas inolvidables: Desayuno con diamantes (de la que ya comenté algo aquí), Operación Pacífico (de la que hablaré algún día) y Días de vino y rosas (de la que voy a comentar algo hoy) además de El guateque, La pantera rosa o Victor y Victoria.

 
Edwards comenzó escribiendo, fue guionista de cine, radio y televisión, además de director, productor e incluso actor en la gran pantalla. Esta última faceta le ayudo bastante como director puesto que dejaba a los actores realizar su trabajo con bastante margen.

Tenía una intuición y sabiduría cinematográfica inmensa, algo a lo que contribuyeron buena parte de sus parientes, (padrastro, abuelo político y su segunda esposa; Julie Andrews)  todos ellos ejercían profesiones relacionadas con el séptimo arte. Supo rodearse de los profesionales adecuados: Jack Lemon, Audrey Hepburn, Tony Curtis y el gran Henry Mancini. Como dice  Carlos Boyero: “Este tío todo lo hacía bien”.
 
Ha quedado en el recuerdo como director de comedias aunque fue el director de uno de los mejores dramas de la historia del cine: Días de vino y rosas. La película nos cuenta  la vida de un relaciones públicas Joe Clay (Jack Lemon) que se enamora de una secretaria Kirsten Anudsen (Lee Remick), se casan y tienen un bebe. Joe siempre ha bebido pero comienza a hacerlo con más frecuencia y arrastra con él a su mujer. Por eso, el film no sólo nos habla del alcoholismo, también de las adicciones y como éstas pueden arruinar la vida de cualquier ser humano siempre pegado al borde del abismo.

Los actores protagonistas hacen una interpretación excelente (la cara de enamorado de Jack Lemon en la primera cena con Kirsten es impagable, al igual que el sufrimiento de su rostro en algunas escenas en las que padece el síndrome de abstinencia) ambos recibieron la Concha de Plata a los mejores actores junto con Black Edwards a la mejor dirección y, como no, un Oscar a la mejor canción de la mano de, una vez más, del gran Henry Mancini.

Una historia en la que cualquier persona puede verse retratada porque todos decidimos si tomar o no un camino (podemos llamarlo alcoholismo pero también de otras muchas formas: ludopatía, cleptomanía, anorexia, bulimia, depresión o amor). Aunque es muy difícil meterse en la piel de los demás, por eso, para cada persona el camino que le lleva a donde su corazón le empuja, el camino difícil, es diferente y esta maravillosa película es un buen ejemplo de ello.

viernes, 17 de diciembre de 2010

La luz que nos ilumina

 
 
Édouard Manet (1832-1883), un pintor francés, es conocido sobre todo comomentor del Impresionismo. Nació en el seno de una familia acomodada que tenía como objetivo dar a su hijo una carrera de abogado. Édouard no  lo consiguió;  intentó hacerse marino mercante, aunque rápidamente se dio cuenta de su equivocación y se dedicó al mundo del arte: primero permaneció París, en el Louvre, copiando cuadros de artistas como Goya, Tiziano, Delacroix...; después abandonó Francia y realizó un viaje a Italia, Países Bajos, Alemania y, más tarde, a España. Aquí continuó su aprendizaje y continuó  imitando a otros grandes maestros.
 

En París comenzó a relacionarse con otros artistas de la época y a organizar exposiciones con poco éxito de venta y crítica. En cambio, sus lienzos se hicieron célebres por el escándalo que suponía en la época la aparición de mujeres desnudas, en el caso siguiente no por el simple hecho de estarlo, sino también por la imperfección con que aparecía plasmado el cuerpo de la mujer. Una de esas obras es Almuerzo sobre la hierba o Almuerzo campestre (conocido como Desayuno por su traducción del francés Dejeneur) que se expuso en el Salón de los Rechazados de 1863.

En el lienzo se representa a una mujer desnuda acompañada de dos hombres elegantemente vestidos, que parecen no prestarle mucha atención. En el fondo hay otra mujer desnuda cerca de la corriente del río. Pero, ¿qué tiene la imagen que nos parece irreal? Según Michel Foucault en La pintura de Manet la iluminación es muy especial: hay dos puntos de luz, uno procedente de la parte superior y otra frontal y perpendicular que recaen sobre la mujer. Ambos se yuxtaponen y se unen en la mano del centro del cuadro que apunta directamente al foco de luz; de esta manera captamos tenemos el eje del cuadro. Por eso las figuras carecen de volumen, el color queda plasmado en grandes superficies planas y los espacios de sombra y luz se intercalan. 
 


Podemos ver gracias al prodigio de la luz, ella dirige nuestra mirada y de esta manera nos indica como debemos contemplar una pintura. Como dice Foucault : “Mirar un cuadro e iluminarlo no es sino una única cosa”. 


viernes, 10 de diciembre de 2010

"Un cuaderno de notas a color"

Circo familiar es una obra de Danilo Kiš que reúne tres de sus libros (publicados por separado en diferentes etapas de su vida): Penas precoces, Jardín, ceniza y El reloj de arena. Todos ellos llenos de sensibilidad, delicadeza y belleza. Según la carátula del volumen (publicado por la espléndida editorial Acantilado) Penas precoces puede describirse (como decía el propio escritor) “el cuaderno de notas a color de un niño”. Jardín, ceniza nos acerca a una realidad más pesimista, se evoca la Segunda Guerra Mundial y el genocidio yugoslavo pero en contraposición destacan algunos fragmentos que se pueden calificar de verdadera prosa poética, comprobadlo: “ Llevados por la fuerza de nuestra sensualidad recién despierta, asombrados y asustados por los nuevos horizontes de sentidos y conocimiento, orgullosos por el hecho de estar descubriéndonos secretos el uno al otro, confusos hasta el vértigo ante la anatomía del organismo humano y ante el secreto que nos erizaba la piel, empezamos a encontrarnos cada vez con más frecuencia, a tocarnos como por casualidad en la estrecha y abarrotada puerta del aula, en el patio del recreo y en el jardín, en el heno, en el pajar del señor Szabo, en el crepúsculo.” Encontramos una semblanza de la infancia, también de la adolescencia, de la muerte, del amor…y un perfil del padre de Kiš, un personaje genial y algo loco. Será el protagonista de El reloj de arena, texto en el que se describe el final de su vida, el final de un personaje extraordinario.


Danilo Kiš (1935-1989) fue un escritor serbio, más exactamente, de una zona cercana a Hungría; de hecho, su padre Eduard Kiš fue un judío húngaro que se dedicaba a la inspección de ferrocarriles y que murió en un campo de concentración nazi. Después de un largo periplo. Danilo  consigue estudiar literatura en la Universidad de Belgrado y realiza  varios viajes a París, finalmente terminó residiendo en el país galo, algo a lo que contribuyó unas acusaciones de plagio de la Unión de Escritores en Yugoslavia. Recibió muchos premios y fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras de Francia. Murió de cáncer de pulmón en la ciudad francesa.


Además, Circo familiar está compuesto de unos textos muy sensuales, se presta mucha atención a los sentidos y, como no podía ser menos, a la gastronomía. Habla de los alimentos con una maravillosa ternura : “…oigo a mi madre girar el molinillo de semillas de adormidera, y huelo el aroma a vainilla y amapola que viene de la cocina, y ya no dudo de nuestro viaje. Entonces me apresuro a levantarme y voy a la cocina a ayudar a mi madre y a rebañar con una cucharilla la capa de relleno pegada al fondo de la cacerola.” 



“El aroma de las pastas de amapola invade la habitación: de ellas se desprende su alma hecho de polvos de plantas exóticas, de vainilla, de canela y semillas de adormidera, y estas especias, cuyo origen me es del todo desconocido, dan prueba, con sus suntuosa agonía, parecida a un embalsamamiento, de la sublime solemnidad del viaje para el que han sido sacrificadas, como el incienso.”

También es admirable el tratado sobre la patata donde la compara con el ser humano “ese pan de los pobres”, “este maná terrestre-celeste, este tumor subterráneo”…En fin, otra delicia.


sábado, 4 de diciembre de 2010

Las raciones son tan cortas...


Annie Hall es un chica algo neurótica, vive en Nueva York en los años 70  y protagoniza de una de las películas más celebradas de Woody Allen. Algo insólito ocurrió con esta película, Allen recibió un Óscar como mejor director y Diane Keaton, a su vez, recibió otra estatuilla como mejor actriz principal. Annie conoce a Alvy Singer (Woody Allen), un cómico tanto o más nervioso que ella, y ambos comienzan una relación sentimental que se va analizando a lo largo de la película. La historia es típica de Allen. Encontramos: regresiones en el tiempo, en el espacio, confesiones delante de la cámara, mucho psicoanálisis y largos paseos por la Gran Manzana; y ,por supuesto, aparecen todas las obsesiones del director: la muerte, el amor, el pesimismo y la religión judía. No faltan tampoco las referencias intelectuales (cine, literatura, música e incluso política) a las que el neoyorquino nos tiene acostumbrados. Y por supuesto, durante noventa y tres minutos los chistes se intercalan con reflexiones más profundas: "Están dos ancianas en un hotel y una le dice a la otra: 'La comida aquí es horrible'. 'Sí, y las raciones son tan pequeñas'. Así es como me siento con respecto a la vida, llena de soledad, miseria, sufrimiento, infelicidad y todo pasa demasiado rápido". (Pensad en el “short” inglés) 


El filme pudo recibir otros nombres como Anehodonia (enfermedad psicológica que significa incapacidad para disfrutar del placer, para ser feliz) para finalmente llamarse como la protagonista, algo de sobra justificado por el trabajo de la actriz y su papel en la historia.

Fundamentalmente, aparte de la ironía, se habla de una reflexión sobre las relaciones humanas y el amor como algo loco, sin explicación, pero sin lo que no podemos vivir. Ese pensamiento aparece relacionado con una de las escenas más simpáticas: el momento en el que Alvy se “pelea” con una langosta en la cocina y Annie lo salva mientras hace fotos.

La película “creó” el estilo Allen ( es su obra cumbre), también una forma de vestir sobre todo de las mujeres, muy masculina, que al parecer era el  estilo propio de Diane Keaton en esos años y después fue imitado en todo el mundo.

El director ha cumplido 75 años el día 1 de diciembre, es sagitario (como mis dos queridos hermanos  y yo), una excusa para hablar sobre él, su trabajo y ,por supuesto, volver a disfrutar de una de sus mejores películas. 

viernes, 26 de noviembre de 2010

La sal de la tierra

Millet (1814-1975) fue un pintor realista fundador de la Escuela de Barbizón conocido principalmente por sus escenas de campesinos. Nació en Normandía (Francia) y se trasladó muy rápido a París para aprender pintura, aunque siempre sintió nostalgia del campo; nació en una familia de campesinos, quienes, no obstante, en ese momento ocupaban uno de los puestos más bajos de la sociedad. En la Ciudad de la Luz  conoció a Honoré Daumier de quien tomó los contrastes de luces y sombras apreciables en los lienzos del normando, sobre todos los que recrean escenas de la naturaleza.

Podríamos citar muchas de sus obras: El Angelus (quizás la más conocida) Las espigadoras, Pastora con su rebaño o El sembrador. En todas Millet representa aquello que vio en su infancia, humildes trabajadores que se encuentran realizando las tareas de su oficio, por lo tanto, se prima el recuerdo de sus primeros años aun que hay quienes quieren identificarlo con una crítica social, desde luego, nada de imágenes bucólicas. 

En Las espigadoras vemos a tres campesinas en plena faena, iluminadas por la luz del atardecer que le dan cierto tono dramático a la tela, algo que se ha utilizado para emparentar al artista con los Impresionistas. Las mujeres están vestidas con la ropa típica de Normandía y recogen la cosecha sin ocultar su esfuerzo (una de ellas posa una de sus manos en la espalda en un gesto de dolor), quizás por ello también son vistas como personas dignas de admiración. Al fondo podemos ver un carro cargado de espigas, aquí los tonos se aclaran y complementan a la oscuridad más cercana.


Como dice Ernesto Sábato en La resistencia, ¿no es hora de disfrutar en silencio de la naturaleza o de la hora del atardecer, como nos recuerda la obra de Millet? Volvamos a “lograr la belleza en un guiso o una sopa de caldo humeante” acompañada de un buen trozo de pan “que nos vincule a un amigo en una noche cualquiera”. Al fin y al cabo como dice Ibán Yarza “el pan es algo simple, profundo y querido”; la importancia de lo cotidiano.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Unas berenjenas misteriosas



Un toque de canela es una película de nacionalidad griega dirigida por Tassos Boulmetis en el año 2003. Cuenta en su reparto con Georges Corraface e Ieroklis Michailidis. Corraface es Fanis Iakovidis, un profesor de astrofísica que vive un momento importante en su vida: se reencuentra con su abuelo. Este ha sido un persona fundamental en la vida del profesor (sobre todo en la forma de vivirla a través de la gastronomía) aunque deja de verlo a la edad de siete años. Para volver a acercarse a su abuelo, finalmente realiza un viaje a Estambul, donde nació, allí rememora su infancia y analiza el presente.

La obra está dividida en la tres etapas de una comida: primer plato, segundo plato y postre. La gastronomía, por tanto, es muy importante; sobre todo las especias (ya al inicio el abuelo las relaciona con la astronomía, profesión del protagonista). También aparecen algunos asuntos políticos, como los desencuentros entre Grecia y Turquía en los años 60.

Durante el primer plato, es decir, durante la infancia del protagonista, sus padres descubre unas misteriosas berenjenas “iman” en la mesa del comedor, que no saben quien ha cocinado. Es la primera receta de Fanis, el niño ha aprendido la lección de su abuelo que conserva durante todo el tiempo que lleva sin verle.

La receta de las berenjenas “iman” es de origen bizantino; sabemos que estos eran amantes de la comida bien aderezada y eso es algo todavía evidente en la cocina griega y turca, sobre todo en platos de verduras. En Turquía la herencia bizantina se aprecia en platos como el arroz pilaf aromatizado con muchas especias o en  las “berenjenas del Imán” llamadas “Iman Bayildi” en las que lo importante es el toque de canela.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La verdad está en el interior

Javier Marías (1951) es uno de los escritores españoles vivos más populares, además de traductor, editor y miembro de la Academia donde ocupa el sillón R. Es conocido también por ser hijo del filósofo Julián Marías, encarcelado y represaliado por ser republicano, él y toda su familia pasaron algunos años viviendo en Estados Unidos.

Javier Marías cuenta con una abundante obra, desde su primera novela Los dominios del lobo, Todas las almas, Mientras ellas duermen, Mañana en la batalla piensa en mi y su última e ingente obra Tu rostro mañana (compuesta por una ambiciosa trilogía). Ha trabajado dando clases en Oxford, como traductor y es notable su labor como articulista, actividad que siempre le ha proporcionado cierta controversia. Su labor es tan prolífica que  hasta se ha nombrado rey ficticio del Reino de Redonda, cargo desde el que ha otorgado títulos nobiliarios a personajes ilustres como Coetzee, Milan Kundera o Francis Ford Coppola.

"No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados" Este es el comienzo, cuando menos intrigante, de Corazón tan blanco, novela que le debe su nombre a unos versos de Shakespeare en Macbeth “My hands are of your colour; but I shame to wear a heart so white" ("Mis manos son de tu color, pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco."). Solo con este inicio el libro ya reúne uno de los ingredientes fundamentales para enganchar a un público que leyó masivamente la obra.

Los protagonistas de Corazón tan blanco son varios: Ranz, Juan Ranz, Luisa, Custardoy, Berta…y todos ello se muestran con rasgos bien diferenciados, ocultando o mostrando sus secretos, la inocencia que se va tiñendo con el paso del tiempo…



Pero no podemos olvidarnos de uno de los protagonistas más importantes, acaso el más importante: el lenguaje. No es casualidad que algunos personajes sean traductores: se destaca la fuerza de la palabra y del silencio. El engaño, el ocultamiento del que se habla en Corazón tan blanco, tiene un paralelismo en la traducción, en el lenguaje, como engaño que se acerca a la literatura, a la ficción porque  como dice Vargas Llosa:”las novelas mienten-no pueden hacer otra cosa-pero esa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse  encubierta, disfrazada de lo que no es”. La verdad de las mentiras.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Todos los colores del negro


Llevo bastante tiempo queriendo dedicarle a Turner una entrada. El pintor británico cuyo nombre completo es Joseph Mallord William Turner (nació en Covent Garden, Londres el 23 de abril de 1775 y murió el 19 de diciembre de 1851) ha sido objeto durante todo este verano de una exposición en el Museo del Prado, Turner y Los Maestros, que lamentablemente no he podido visitar. La muestra ha sido exhibida con anterioridad en Londres y, posteriormente, en París contando con una gran acogida.

El artista no ha sido siempre ha estado tan “de moda” de hecho durante gran parte de la historia ha sido un pintor bastante controvertido. Comenzó pintando al gusto de la época, lo que le proporcionó éxito y seguridad económica (pudo viajar en varias ocasiones a Italia y Francia, algo que se puede apreciar en algunas de sus obras posteriores al viaje )pero muy pronto pasó a  un estilo libre que llamaba mucho la atención: se acercó a la abstracción y por ello se le consideró como un artista demente, sobre todo en los últimos años de su vida.

No obstante, Turner se adelantó en varios años a su época, avanzó el Impresionismo puesto que en su trabajo recrea con bastante asiduidad los fenómenos atmosféricos y la impresión que tiene de ellos, por eso, suscitó tanto interés a los pintores impresionistas como Sisley, Monet… 

Teoría del color de Moses                                                             Teoría del color de Goethe
                            












Por supuesto, también la luz es fundamental en sus lienzos, realiza numerosas investigaciones sobre ella, la atmósfera y teoría del color. Leyendo algunos datos sobre su vida y su época, he sabido que hubo una erupción del Monte Tambora (Indonesia) en 1815. Este fenómeno lanzó unos 100 Kms cúbicos de polvo y cenizas. Tal vez es la causa por la que 1816 fue conocido como el año sin verano, por el frío y las nieblas que causó y que al parecer inspiraron a Turner para sus obras…bien pudiera ser llamado, también, el año de la luz.
 
 

La obra que he escogido, Pescadores en el mar, es una de sus numerosas escenas de mar (se identifica a Turner también como pintor de marinas) aunque también son muy conocidas algunas de sus pinturas históricas y mitológicas, como Dido construye Cartago y, desde luego, aquellas como Dos botes, en las que con solo dos trazos nos pone la vida y el mundo por delante.