Hace
unos días conducía, como todas las mañanas, a mi trabajo. Siempre escucho Hoy empieza todo en RNE 3 y ese día
Ángel Carmona @carmouna hizo referencia a un grupo nuevo, California Wives ; en concreto a una canción, Marianne. El tema me dejo deslumbrada y comencé a buscar información sobre el grupo.
California Wives está formado por jóvenes que viven en Chicago cuyo primer álbum
se llama Art History. En él podemos
encontrar auténticas maravillas pero hay algunas canciones que llaman más mi
atención, de la que quiero hablar hoy, Tokyo
pero también Twenty Three y, como no,
Marianne que os podéis bajar desde el
enlace que he colocado en el nombre del grupo.. Todo el disco es refrescante y
hay en él una mezcla de rock melancólico con ondas electrónicas que atrae
muchísimo.
Tokyo comienza con una tradicional melodía
japonesa, con el pasado y rápidamente pasa al futuro a la modernidad, el rock,
los sintetizadores… La canción mezcla así dos elementos, que también chocan en
su letra: vemos a las personas cambiar, desvanecerse y caer en medio del mar
buscando el camino al que desean llegar, mientras se “construyen edificios y
alarmas en Tokyo; estamos cambiando puedo oírlo, puedo verlo”.
Los
días inciertos que vivimos tienen que ver con esto mucho más de lo que creemos:
cambiamos, dejamos atrás lo que éramos y vamos hacia un futuro lleno de
edificios altos, luces artificiales, alarmas… un futuro que se nos impone con
su estética grandilocuente, propia de los grandes bancos y compañías.
En
Japón y en Europa el pasado está siempre presente, es múltiple, está por todos
lados, en ocasiones es algo que pesa en exceso; por eso, a veces se nos olvida
que de él debemos guardar lo fértil, aquello que podemos reutilizar: debemos preservar
lo que nos libera, por ejemplo, la belleza. Eso que ha sobrevivido es lo que
los mejores modernos desean hasta suplantar.
Por eso, a veces se encuentran perdidos ante el vacío de lo “nuevo”. El
pasado se pliega, pero no se rompe. Es el impulso que nos anima a llegar más lejos, a profundizar
en lo que somos y en la belleza que nos rodea.
Y
todo esto ocurre con la receta y con la música, estamos ante una
reinterpretación del pasado, de lo que ha posibilitado que hayamos llegado
hasta aquí, de lo que ha pervivido, de la belleza que se reinterpreta en esta
nueva ensalada de col (una receta muy diferente de la habitual de col con
mayonesa o coleslaw)y en esta nueva versión, tan cool, de Tokyo.
La
comida conjuga tradición y modernidad en muchas recetas pero debemos recordar
que incluso para nosotros hay una modernidad que ya es tradición…el tiempo no
se detiene.