Argentina nació en Bélgica
un 26 de agosto de 1914; en ese momento recién había comenzado la I Guerra Mundial. Bélgica estaba ocupada
por los alemanes.
A los cuatro años
Argentina se trasladó de continente donde pasó toda su infancia, enferma y obsesionada
con la escritura: Allan Poe, Julio Verne y Víctor Hugo la iniciaron en el mundo
en que vivió siempre y llenaron sus sueños de pesadillas.
A estas alturas seguro
que todos habéis supuesto que Argentina es Julio Cortázar porque, ¿qué otra
cosa puede ser Argentina que no sea Julio Cortázar? El cronopio escribió
muchísimo: su primera novela está hecha con nueve años pero es evidente que la
obra que le dio reconocimiento se llama Rayuela,
sin embargo era un excelente cuentista y yo, al menos, sigo sucumbiendo ante Octaedro.
De todas formas, me
encantaría tener la sensación, estos días de febrero, que sentí hace ya algunos
años leyendo la novela de las infinitas lecturas: esa pasión, ese
deslumbramiento que sólo se siente con los genios, caes rendida a sus pies e
inmediatamente, ávida de esas sacudidas,
quieres leer todo lo que ha escrito esa persona. Aún así me han quedado algunas
cosas que leer algo más tarde para revivir ese tiempo feliz y placentero: La autopista del Sur. El volumen, aunque
sea una antítesis, es un librito de Nørdica Editorial, un cuento sobre un
atasco interminable en un autopista de
Fontaineblau a París.
Ante un atasco nada
mejor para “pasar el rato” y soportar el inmenso hastío y aburrimiento (si es
que no llevas un libro a mano) que
compartir con tus “ vecinos” estos frutos secos especiados. Como en el cuento
del argentino, hay diferentes tipos, igual que conductores y acompañantes; los
dos son metáforas de vuestras propias vidas; eso sí, todos especiados.
Argentina murió en París un 12 de febrero de 1984; por eso tanto Cortázar estos días, incluso aquí, y por eso tampoco puedo olvidarme de la muerte dulce de Sylvia Plath un día antes, pero de 1963. Sylvia, como Julio tenía siempre la muerte presente, por eso escribieron respectivamente sobre ella: “Morir/ es un arte, como cualquier otra cosa. /Yo lo hago excepcionalmente bien. “
“Precisamente porque en el fondo
soy alguien muy optimista y muy vital, es decir
alguien que cree profundamente en la vida y que vive lo más profundamente
posible, la noción de la muerte es también fuerte en mí. (…) Para mí la muerte
es un escándalo. Es el gran escándalo. Es el verdadero escándalo. Yo creo que
no deberíamos morir. (…) La muerte es un elemento muy muy importante y muy
presente en cualquiera de las cosas que yo he escrito”
Hay muchas formas de sentirse vivo: correr contra viento y
marea, levantarse después de haber caído para compartir con las personas que te
quieren unos frutos secos especiados.
Tu último párrafo me ha recordado unos versos de un poeta árabe:
ResponderEliminarSiempre que te alejes, te acercarás / y siempre que te maten, vivirás / pero no te pienses muerto allí / y vivo aquí / el tropo que enseña a los seres a jugar con palabras / El tropo que hace de la sombra geografía / el tropo que ha de reunirte con tu nombre / Levántate y los tuyos contigo / más alto y más lejos de lo que a ti y a mi nos destinaron las leyendas (...)
Descubrí a Cortázar a través de sus cuentos, que leí con avidez y deslumbramiento, como tan bien describes… En la misma época descubrí también a Sylvia Plath, y la verdad es que nunca pensé que un día vería sus nombres asociados!
ResponderEliminarGracias por hacerme recordar momentos tan buenos de lecturas tan enriquecedoras…
No sabía que "Argentina" había nacido en Bélgica, donde yo resido ahora!!
Buena excusa para (re)leerlo. :)
Buen post, me encantó, gracias
ResponderEliminarCortázar es uno de mis autores preferidos. Y acompañado por frutos secos, mejor. Magnífica entrada.
ResponderEliminarQué rico, debe ser empezar y no parar!
ResponderEliminarUnir dos grandes placeres, Cortázar y frutos secos dándole a ambos sentido, a uno con sus obras magníficas y a otro con especias deliciosas.
ResponderEliminarUn besito