The tallest
man on earth es Kistian Mattson pero Kristian Mattson no es “el
hombre más alto del mundo”. Mattson es un excelente músico sueco que se ha dado a conocer definitivamente con
su tercer y último álbum titulado There's Noo Leaving Now. Comenzó
con pequeños discos llenos de diminutas canciones, siendo telonero de Bon Iver,
con una voz desgarradora que se te clava en el pecho y que muchos han querido
comparar con Bob Dylan o con sus
compatriotas, a los que adoro, Kings of convenience.
Su música
es una mezcla de folk y pop; siempre canciones sencillas, pero muy sensibles,
acompañadas por su guitarra acústica. El disco no tiene desperdicio; como
siempre, llaman mi atención algunas canciones más que otras: 1904, To
just grow away, y la que da nombre
al disco. En mi caso tiene una especial significación Little brother,
por lo que dice y por su música, por la melodía, por la nostalgia…es apropiada
para acompañar y acunar a tus pequeños hermanos toda la vida incluso si la
tormenta es más que un movimiento. Convencerles de que nunca se debe perder la
esperanza, siempre se debe volver a casa, y no hay que abandonar en los
momentos difíciles, porque “ahora hay luz en la sombra y puedo ver que llega el
verano”, sí, créedme aunque “la tormenta es más que un movimiento, hay un cielo
(que nos protege) en esta incertidumbre” (otra vez “Un soplo en Dios. Un
viento”).
Lo sabemos:
hay un cielo en esta incertidumbre, una protección, una seguridad de estar en
casa y no tener miedo, el pan de todos los días en la mesa: la calidez, el
calor, la paz, la ternura de un pan recién hecho como tanto os gusta. Este pan
tiene todo eso que añoramos, la tranquilidad, la calma, el sosiego, el orden,
el equilibrio: la felicidad. ¿Lo prefereís frito o en “rebaná”? Frito se
utiliza en esta receta tan casera en mi tierra, “la poleá”, un postre típico de
estas fechas cuyos protagonistas son ingredientes sencillos y humildes que
consiguen acogernos y reconfortarnos, darnos todo el calor en estos días de
nostalgia.