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Julie Delpy es una conocida actriz francesa que en el año 2007 dirigió y protagonizó la película Dos días en Paris. El film tiene muchísimo de ella pues también escribió el guión, la música y su familia en la ficción es su familia en la vida real.
La trama se basa en una pareja de enamorados: Marion (Julie Delpy), una fotógrafa parisina; y Jack(Adam Goldeberg), un decorador americano. Los dos viven en Nueva York y han hecho un recorrido por Europa cuya última parada es la ciudad natal de Marion, París. En esta hermosa urbe se contraponen la forma de ser de ella y de él, estableciéndose una serie de tópicos sobre París y NuevaYork; Francia y Estados Unidos. Hay momentos en que la película tiene un ritmo delirante recordando en ciertos aspectos a Woody Allen; incluso ella es un tanto extravagante y él un enorme hipocondríaco. Todo ello forma parte de la gracia dea película en la que curiosamente los tópicos abundan para reirnos de nosotros mismos. Además, el personaje que hace Adam Goldberg está obsesionado con los ex-novios de su pareja y con el entonces gobierno de su país, cuyo presidente era George Bush llegando a vivir situaciones increíbles y simpáticas por ambas cuestiones.
Por supuesto, podríamos decir que todo esto es el decorado en el que vive una pareja que huye de la cursilería y los halagos, discute continuamente con diálogos sarcásticos y delirantes pero dejando sobresalir un amor sustentado en el sentimiento y no en la superficialidad o la afectación. Como en estos platos, lo importante es lo esencial: que estén buenos sin dejarnos llevar por la cursilería o ceremonia a la hora de la presentación; el envoltorio es lo de menos.
Se presenta, de esta manera, un choque cultural que muy bien podría corresponderse con estas dos recetas que presento hoy: la finura y elegancia de un croque monsieur y la tosquedad de un hot dog newyorkino . El croque monsieur dice mucho incluso sólo con su nombre; necesitamos cubiertos para saborearlo, el horno para gratinarlo y todo un ceremonial para disfrutarlo. En cambio, el perrito lo encontramos listo para comer con la manos y por la calle, porque lo hemos comprado en un puesto de la Quinta Avenida antes de llegar a nuestra próxima cita. He sonreído mientras escribía esto: he recordado la forma de comer de los americanos (que ya tenemos muchos de nosotros)con la mano que no sostiene el cubierto por debajo de la mesa y que en Europa puede considerarse una falta de educación. ¿Somos tan diferentes? ¿Hemos llegado a acoger tantas tendencias estadounidenses que ya no respetamos nuestras costumbres? ¿Somos tan parecidos? Los estadounidenses imponen su estilo gracias a su poder económico, de forma que nuestra transformación es evidente, como la de las ciudades. Como he leído en alguna ocasión: “París transformada por la publicidad...”
Estas reflexiones han traído a mi memoria el maravilloso blog de Vahram Muratyan: Paris vs New York,a tally of two cities; Muratyan es un diseñador gráfico que trabaja entre París yNueva York y que expone en su página una sencilla colorida y particular visión de ambas ciudades. Os invito a verlo, merece la pena.
Gracias a Katie Stearns por la traducción.
Tus fotos de hoy me han fascinado, y de tu propuesta me quedo con la francesa, por mi lo comía casi a diario. Bss.
ResponderEliminarTu propuesta me encanta una receta adorable exquisitas,me gustó tu trilogía parisina por mi descendencia francesa ,un agrado abrazos y abrazos.
ResponderEliminarUna de las películas más chulas que he visto, una receta absolutamente buena!
ResponderEliminarBesos.
Siempre me salto el jamón cocido aunque nunca he preparado una croque monsieur auténtica.
ResponderEliminarBesos.
me quedo con la tostada, menuda pinta la foto del corte!!! besitos
ResponderEliminarPero que bien has enlazado la peli con las recetas!, toda la razón y esta película la disfruté mucho.
ResponderEliminarOye, ambas propuestas están deliciosas!, que ganas de probarlas tengo.
Un beso Linda!!
¿Qué te voy a decir??? Opción 1: croque-monsieur, ¡por supuesto!
ResponderEliminarNi la mostaza del hot dog la llamo mostaza, en mi casa la llamamos picalili, jeje!!
Una fotos muy buenas, como siempre.
Un beso,
Aurélie
qué ganas de ver la película! que maravilla de entrada, las fotos, y las recetas porque hasta el hot dog pierde su "tosquedad", ¡qué delicia!
ResponderEliminarVí la película hace tiempo. Jamás se me habría ocurrido poder relacionar estas dos recetas con la idea que transmite la película. Es una idea excelente.
ResponderEliminarEn cuanto a las recetas, soy incapaz de decidirme por alguna de las dos, aunque siempre fuí más de perrito.
Me ha gustado mucho la crítica de la película, la buscaré porque me apetece verla, imagino los diálogos.....tremendos!
ResponderEliminarTus fotografías son geniales y ambos platos están para chuparse los dedos, son lo que son y por eso nos gustan! un beso
Estoy convencida de que esa película me gustará, mil gracias por la reseña porque no la conocía.
ResponderEliminarEntre los dos me quedo con el Croque Monsieur de corrida, qué cosa tan deliciosa!
Besotes
Mil gracias a todos.
ResponderEliminarNo había probado nunca un croque monsieur hasta el otro día que los hice (lo tengo pendiente de publicar) y sabes qué? me encantó! no será la última vez que los haga. Besos.
ResponderEliminarBueno, me ha encantado este post, Linda!!! No he visto la peli pero me muero por verla, a ver si la encuentro. Y los dos platos elegidos, qué buenos! Cada uno a su manera!
ResponderEliminarBesos.