Sobre Brueghel el Viejo (1525-1569) ya he hablado en otras ocasiones, de manera que es innegable mi preferencia por el de Breda. Gracias a las profusas imágenes que nos regala podemos deleitarnos con muchas de sus obras que están hechas para observarlas detenidamente fijándonos en cada detalle.
La protagonista esta vez es La batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma, un lienzo del año 1559, que hoy podemos contemplar en el Museo de Historia del Arte de Viena. En el aparece una lucha rural entre el goce y el devoción en cada una de las mitades del cuadro. En la parte izquierda aparece una taberna rodeada de hermosos cerveceros que parecen celebrar el carnaval; en cambio en la parte derecha aparece una iglesia rodeada de devotos abanderados por una delgada mujer que representa la Cuaresma; bordeada de alimentos típicos de esta época que hemos dejado atrás, como mejillones, miel, arenques y pretzels. Estos últimos son una especie de galleta salada de origen alemán, al parecer y más exactamente de Baviera cuyos primeros inicios están relacionados con festividades celtas.
Anterior a la pintura y representando el mismo tema podemos encontrar un fragmento en El libro del buen amor del Arcipestre de Hita y, desde luego, más tarde la dicotomía entre estas dos maneras de enfrentar la vida ha sido plenamente tratada. La abundancia o la escasez…
Hoy es el día que dejamos atrás la Cuaresma, época de ayuno, de sacrificio, es verdad, pero sin este no volveríamos a ver la comida como un verdadero placer y disfrute, a sentirla con los cinco sentidos. Durante el ayuno las ideas abundan, los ingredientes permitidos se combinan de formas hasta entonces inauditas, aguza nuestro ingenio e intentamos huir del aburrimiento… con uno pocos ingrediente conseguimos ser originales aunque sea simplemente en la forma.
Y la forma importa porque es precisamente la que le da nombre: pretzel, que proviene de la palabra alemana “brezel” derivada del latín “bracellus” cuyo significado es brazo pequeño puesto que recuerda a unos brazos entrelazados, unos brazos rezando.
Me encantan los pretzels, son el acompañamiento ideal de la cerveza.
ResponderEliminarQue detalle, lo del detalle en el cuadro.
Que ricas!!! Nunca las he probado pero solo viendo la foto se que me van a encantar. Besos.
ResponderEliminarQué monada de pretzels! Me encanta que aparezcan en ese cuadro.
ResponderEliminarÉste tipo de cuadros, como en las pinturas de El Bosco, son para disfrutar de los detalles, los personajes...me encanta.
ResponderEliminar¡qué curioso que aparezcan en la pintura! me ha encantando esta entrada y todo lo que nos has contado!
ResponderEliminarCada panero blasona de sus panes.
ResponderEliminarA Dios rezando y con el mazo dando.
que cucada!!! te han quedado perfectos. Gracias por la info!!! me encantan tus posts!!! besitos guapa
ResponderEliminarNo tenía ni idea de lo que significaban los pretzels, siempre me han gustado aunque nunca he probado unos caseros.
ResponderEliminarBesos.
Siempre he querido hacer pretzels!!! que lindos te han quedado! besos guapa
ResponderEliminarfantasticos!!!
ResponderEliminarLo más feo es el nombre.Tampoco estaría mal probarlos.Un saludo.
ResponderEliminarGracias por una receta genial y por una historia estupenda.
ResponderEliminarBesos,
Nikk
Muchas gracias a vosotros. Un beso
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