Es la primera vez que comento en este espacio algo de arte contemporáneo y aunque resulta bastante incomprendido y criticado, creo que hay artistas, como Marina Abramovic, que bien merecen hacer un esfuerzo.
Marina Abramovic nació en Belgrado (Yugoslavia) el 30 de noviembre de 1946, estudió Bellas Artes en esta misma ciudad y a partir de los años 70 comienza a ser conocida fundamentalmente por sus performances (una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de improvisación, en que la provocación o el asombro, así como el sentido de la estética, juegan un rol principal). Abramovic es la única de los artistas que realizaron esta técnica que se encuentra activa profesionalmente, de hecho, ella habla de si misma como “abuela del arte de la performance”.
Marina Abramovic nació en Belgrado (Yugoslavia) el 30 de noviembre de 1946, estudió Bellas Artes en esta misma ciudad y a partir de los años 70 comienza a ser conocida fundamentalmente por sus performances (una muestra escénica, muchas veces con un importante factor de improvisación, en que la provocación o el asombro, así como el sentido de la estética, juegan un rol principal). Abramovic es la única de los artistas que realizaron esta técnica que se encuentra activa profesionalmente, de hecho, ella habla de si misma como “abuela del arte de la performance”.
Su trabajo ha evolucionado: ha pasado de trabajar el “body art”( el arte corporal, un estilo enmarcado en el arte conceptual, de gran relevancia en los años 60 en Europa y, en especial en Estados Unidos. Se trabaja con el cuerpo como material plástico, se pinta, se calca, se ensucia, se cubre, se retuerce... el cuerpo es el lienzo o el molde del trabajo artístico) a más recientemente expresarse a través de la fotografía. En esta última tendencia podemos situar la serie de la que quiero hablar hoy llamada: “La cocina. Homenaje a Santa Teresa”. Me refiero a nueve fotografías y un vídeo que fueron realizados en las cocinas de La Laboral de Gijón y han sido expuestas en la céntrica galería La Fábrica de Madrid. La artista se ha basado en la vida de la santa abulense y sus experiencias con la levitación: "Aunque el éxtasis nos trae el gozo, la debilidad de nuestra naturaleza al principio nos asusta y necesitamos ser resolutivos y valientes de alma... Ocasionalmente he podido resistirme, pero a coste de un gran agotamiento, por lo que luego me sentiría como si hubiera estado luchando con un gigante poderoso. Otras veces, la resistencia ha sido imposible: mi alma se ha ido, es más, como una norma mi cabeza tampoco sin mí puede evitarlo; a veces mi cuerpo entero ha estado influido hasta el punto de ser elevado desde el suelo. Parecía que cuando intentaba resistirme una gran fuerza me levantara. Confieso que me metía de lleno un gran miedo, un gran miedo es más al principio: viendo un cuerpo que se eleva de la tierra, aunque el espíritu se detiene (con gran dulzura como sin resistencia), los sentidos no se pierden; al fin era tanto yo como poder ver que estaba siendo elevada... Después el éxtasis se terminó, Tengo que decir que mi cuerpo parecía a menudo flotar, como si todo el peso hubiera ido, tanto que de vez en cuando apenas supe que mis pies tocaban el suelo..."
Para Marina este trabajo representa mucho más, ella se crió en la cocina de su abuela (sus padres eran activistas comunistas y la dejaron al cuidado de ella) y por lo tanto, esa estancia es muy importante. Un lugar, según Abramovic, donde se unen la fuerza divina y la realidad de lo cotidiano, donde se habla de sueños, secretos y rituales. Como podéis ver encontramos imágenes variadas: una de la artista cocinando, una naturaleza muerta con los tres alimentos místicos: agua, sal y sangre, una levitando o el vídeo donde sostiene un cuenco de leche símbolo de la nutrición, y la pureza.
En todas y cada una de las piezas resuenan ecos de grandes artistas desde Zurbarán y sus bodegones hasta el tenebrismo del excelente Ribera, Vermeer o Caravaggio. Porque tanto en la cocina como en el arte el pasado está en el presente.
Un blog para comer con los ojos!!!!
ResponderEliminarQUe blog tan bonito, es cierto que entra por los ojos, y las recetas ideales y las fotos muy lindas.... Otra seguidora mas...
ResponderEliminarBesos!
"Que también entre pucheros anda el Señor" y Zurbarán y Murillo...y, por lo que veo, también esta especie de Mary Popins siniestra.
ResponderEliminarEsta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
hola guapa! la receta súper rica, como siempre, y en cuanto al arte moderno soy de las que muchas veces me quedo horas pensando delante de una obra porque no consigo entender nada, de hecho hay veces que ni me transmite nada!!! pero hay de todo, no? besitos guapa
ResponderEliminarQue pinta tiene esa tarta,yo soy capaz hasta de probarla.Un saludo.
ResponderEliminarLa fotografía en la que aparece la artista pensativa en la cocina, es brutal, esa luz muy Zurbarán crea un climax de reflexión y belleza extraordinaria.
ResponderEliminarGracias por descubrirme a esta artista, y por la receta :-)
ResponderEliminarLa receta preciosa, para el arte moderno tengo poca "sensibilidad" o lo que sea necesario para entenderlo
ResponderEliminarme encanta!!! todito todo!
ResponderEliminarbesitos
tu receta es fantástica, y es verdad que a veces me cuesta entender el arte contemporáneo (si es que apenas entiendo del resto del arte!) pero me ha encantado todo lo que nos has contado y estoy de acuerdo con Mónica en la foto de la artista sentada en la cocina, parece un cuadro de Zurbarán...
ResponderEliminarbesos
Un pastel sensacional.
ResponderEliminarA mi el arte contemporáneo a veces me cuesta, demasiado conceptual pero estas fotos son espectaculares.
Cómo tiene que ser las tazas de gandes o pequeñas?O cuántos gramos.
ResponderEliminarAunque mando pocos comentarios todas las recetas las releo y comtemplo sus fotos.Las recetas de bizcochos me encanta.
Gracias a todos.
ResponderEliminarA Anónimo: Las tazas son unas medidas americanas que puedes encontrar en unos conocidos almacenes suecos (aparecen varias con diferentes tamaños 1, 1/2, 1/3, 1/4 unidas por una anilla), de todas formas, con una taza mediana te puede servir. Gracias por estar.
Un beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe gustan mucho las fotos y lo que transmiten. Y también me encantan tu pastel y tus fotos.
ResponderEliminarUn abrazo!
De arte contemporáneo no tengo conocimiento alguno, pero si quiero opinar de esa trata de tres leches: especular, las fotografías de las porciones son brutales, imagino la textura...ummm que rica! muchos besos
ResponderEliminarConozco este pastel de México. Me encanta, gracias por la receta.
ResponderEliminarBesos,
Nikk