My blueberry nights es la última película del director de cine Wong Kar Wai, muy conocido internacionalmente por algunas películas como In the mood for love (Deseando amar, en español) o por 2046, su continuación. Ha sido además autor de cortometrajes, algunos guiones cinematográficos y esperamos este año el estreno de The Lady from Shangai con Nicole Kidman como protagonista.
La historia de la que hablamos, My blueberry nights, es, como casi todas las del director, profunda y triste, algo que se revela en la estética de la película y que nos deja un sabor agridulce. Había bastante expectación ante el estreno del film en el Festival de Cannes del 2007 por ser el primer trabajo del director hongkonés rodado en América de donde procedían algunos de los técnicos y personas que colaboraron con él. Ante las dudas de la crítica y el público, Wai se confirma como uno de los directores buscadores de belleza y con mayor sentido de la estética del cine actual, a pesar de alejarse del cine oriental. Sigue indagando en los mismos temas: la soledad, la dificultad para encontrar el amor, la insatisfacción… y además continua utilizando la misma forma de narrar con unas imágenes que nos recuerdan con facilidad a la pintura más que al cine.
Para esta película el director contó con una actriz novata, Norah Jones, Jude Law, una espectacular Rachel Weisz y Natalie Portman.
Jones es el centro y unión para enlazar las demás historias; todas son historias de amor fracasadas y tristes. El personaje interpretado por la cantante, Elizabeth hace un viaje por Estados Unidos con la intención de dejar su pasado. Durante ese periplo halla a otros personajes con problemas mayores que los suyos. Por la relación con estas personas se da cuenta de los verdaderos peligros de la soledad a la vez que realiza una búsqueda de sí misma. Eso sí, como nos tiene acostumbrados Wong Kar Wei, los diálogos son escasos; podríamos decir que acompañan a las maravillosas imágenes y la fantástica banda sonora (también, como es habitual en sus films) Parte de esta junto con el trailer, que podéis escuchar aquí, cuenta con una de mis cantantes favoritas, Cat Power.
Una película para disfrutar con todos los sentidos, incluso el del gusto, pasando una “noche de arándanos”.
Deseando amar me cautivó, y no tanto las otras, pero espero poder ver The Lady from S. y disfrutarla. El postre, sencillo y riquísimo. La compo de las fotos chulísima.
ResponderEliminarEl postre es muy fácil, no tiene ninguna complicación, y está delicioso. Mónica coincido contigo, otro día comentaré algo de Deseando amar. Gracias y un beso.
ResponderEliminarEstoy seguro de que me gustará más el postre que la película. Muy bien las fotografías con los objetos fuera de foco.
ResponderEliminarno he visto ninguna de las películas, lo reconozco! hace siglos que no voy al cine a ver una película normal, sólo veo películas infantiles! me encanta la receta pero sobre todo las fotos, son estupendas!!
ResponderEliminarbesos
Me vuelve loca tu blog, me gusta cada día mas. Gracias por compartir tantas recetas con todos nosotros!
ResponderEliminarESta falsa brulee es magnífica! me he quedado maravillada con la receta!
ResponderEliminarme apunto la peli, ya que la conozco pero no he tenido la oportunidad de verla!!
Muchos Besos
Sencillo pero supremo! me encanta esta receta con arándanos como protagonistas. Unas fotografías excelentes. Un beso
ResponderEliminarMe encanta tu blog, qué estética tan bonita.
ResponderEliminarBesos
Linda, no sè la pelìcula pero si tuvièramos un sentido del antojo de seguro tu postre me lo disparaba a cien...que ganas de una cremita como esa!
ResponderEliminarUmmm, esa peli me gusto a ratos y me horrorizó a ratos. Creo que es muy desigual y que la relación de ella con él no está bien construida y la relación de ella con la amiga chalada tampoco. Tiene sus puntos y grandes momentos de lucidez pero parecía a veces la película de un novato, llena de buenas intenciones pero aún sin terminar de cocer... Eso sí, la recomiendo a todo el mundo, hay que verla! La receta deliciosa y descubrir tu blog una maravilla. He venido para quedarme!
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