Al parecer, estas galletas a base fundamentalmente de harina de almendras y clara de huevo nacieron de los cocineros de Catalina de Medici sobre la primera mitad del siglo XVI, aunque se hicieron más populares después de la Revolución Francesa de la mano de dos hermanas carmelitas. Ya en el siglo XX, el pastelero de la mítica Laudrée en Paris (Saint Germain) comenzó a unir dos de estas con “ganache” (crema de chocolate y nata que se emplea como recubrimiento), pero ha sido Pierre Hermé quien los creó con originales sabores y colores.
Por ahora es la receta más difícil que he hecho para el blog, tiene su dedicación y están hechos con mucho esmero, pero no con la perfección de www.larsvontrier.blogspot.com (de donde he tomado los datos), uno de mis blogs favoritos de recetas. Gracias Harry.
“Macarons”
Ingredientes
140 gr. de harina de almendra
250 gr. de azúcar glasé
25 gr. de cacao en polvo
100 gr. de claras de huevo a temperatura ambiente.
Mezclamos la almendra, el cacao y el azúcar glasé, tamizamos. Debe quedar sin grumos. Levantamos las claras y las pasamos a un bol más grande, a continuación añadimos el resto de los ingredientes.
Echamos la mezcla en una manga de boca gruesa, de uno o dos centímetros y hacemos la forma de la galleta sobre la bandeja de horno con papel sulfurizado.
Dejamos reposar los “macarons”. Yo los he dejado durante unas tres horas y creo que es la clave.
Echamos la mezcla en una manga de boca gruesa, de uno o dos centímetros y hacemos la forma de la galleta sobre la bandeja de horno con papel sulfurizado.
Dejamos reposar los “macarons”. Yo los he dejado durante unas tres horas y creo que es la clave.
Relleno
100 gr. de chocolate negro
75 gr. de nata
Derretimos el chocolate con la nata. Cuando la mezcla esté fría la añadimos a las mitades con una cucharilla o la manga.
La frase que da título a este post (¡Qué coman pasteles!) ha sido atribuida a María Antonieta en el momento en que el pueblo francés se quejaba de no tener pan, pero quizás esta atribución no es del todo acertada. Aunque desde que se estrenó la película de Sofía Coppola asociamos estas delicias llamadas "macarons" al personaje.
Sobre la vida de la reina hay numerosos estudios y biografías, yo me quedo con dos, la de mi admirado Stefan Zweig (para mi gusto, la mejor) y la de Antonia Fraser (utilizada por Coppola para su película).
La hija de la emperatriz María Teresa ha tenido un papel bastante controvertido a lo largo de la Historia. Tradicionalmente, se la ha conocido como una mujer frívola y caprichosa, aunque han aparecido nuevos estudios (como el de Fraser) en los que la autora la presenta como una mujer compasiva con sus súbditos, eso sí, de personalidad bastante compleja. Está claro, desde luego, que la frase (en el caso de que ella la dijese) denota la evasión en que se encontraba la reina con respecto a la realidad, no sabía cómo estaba viviendo el resto de la sociedad. Sus pies no estaban en el suelo, más bien en el chocolate.
Sobre la vida de la reina hay numerosos estudios y biografías, yo me quedo con dos, la de mi admirado Stefan Zweig (para mi gusto, la mejor) y la de Antonia Fraser (utilizada por Coppola para su película).
La hija de la emperatriz María Teresa ha tenido un papel bastante controvertido a lo largo de la Historia. Tradicionalmente, se la ha conocido como una mujer frívola y caprichosa, aunque han aparecido nuevos estudios (como el de Fraser) en los que la autora la presenta como una mujer compasiva con sus súbditos, eso sí, de personalidad bastante compleja. Está claro, desde luego, que la frase (en el caso de que ella la dijese) denota la evasión en que se encontraba la reina con respecto a la realidad, no sabía cómo estaba viviendo el resto de la sociedad. Sus pies no estaban en el suelo, más bien en el chocolate.
Tienen una pinta absolutamente deliciosa, pero a mí me resultarán muy difíciles y tendré que esperar que alguien me los haga o comprarlos en algún sitio. ¿Podrías recomendar alguno? Gracias por tus recetas y por tus comentarios.
ResponderEliminarTe han quedado estupendos. A mi me parecen una de las recetas más difíciles de preparar, pero el resultado es tan bueno que merece la pena. Me han parecido muy interesantes las anécdotas que has comentado sobre los macarons.
ResponderEliminarBesitos.
A Anónimo: para comprar los mejores tienes que ir a París aunque ya abundan en otros lugares. Te puedo hablar de mi ciudad, Sevilla. Aquí se que los hace un pastelero fantástico de Alemania. Gracias por lo de la pinta.
ResponderEliminarA Mónica: me hacen muchísima ilusión tus comentarios y me alegra que te hayan divertido las anecdótas. Gracias por todo.
Un beso
No estoy ni pa dulces ni pa comentarios,jajaja...
ResponderEliminarUn saludo.