domingo, 6 de diciembre de 2015

Número 284


Dejar de escribir. Dejar de cocinar. He dejado de escribir y he dejado de cocinar para el blog. De todos modos es verdad que he seguido escribiendo, aquípara Comida’s—, aquí en Vísperas, en mi trabajo y para mí; pero he dejado de escribir para el blog. También es verdad que he seguido cocinando, aunque mínimamente, para alimentarme. No he tenido ganas de escribir ni de cocinar. Quizás mi vida ha cambiado y sigue cambiando mucho o, a lo mejor, me he cansado.


El otro día, de repente, me descubrí una bartleby, como dice mi querido Vila-Matas, ahora de actualidad por su premio (os recomiendo que leáis su  maravilloso discurso) en la Feria Internacional del Libro: “seres en que habita una profunda negación del mundo”. Por supuesto, ese adjetivo—bartleby—procede del famoso libro de Melville, uno de los primeros que comenté en este blog, Bartleby, el escribiente; siempre repetía: “preferiría no hacerlo” cuando se le demandaba alguna tarea.



Pues yo preferiría no hacerlo: preferiría no escribir, preferiría no cocinar, aunque, como podéis ver, sigo haciéndolo y no sé muy bien por qué. Supongo que lo necesito: me hace reflexionar y pensar sobre lo que me pasa, sobre lo que soy.



Soy una mujer que acaba de cumplir años, una mujer que trabaja, que intenta hacer cosas que le gustan, que corre, que hace deporte, mucho deporte, que lee mucho y que, al final, escribe, cocina y, sin embargo, prefería no hacerlo.



Quizás preferiría no hacer ninguna receta y por eso os dejo ésta que, como estas palabras, quieren hacer verdad de alguna forma la frase de Bartleby.