En el arte, como en muchas otras cosas, las modas
ponen de actualidad a un autor que se tenía olvidado o no se conocía. Hace un tiempo que empezó a ocurrir eso con
un artista que hoy todo el mundo conoce: Gustav Klimt. El austríaco es considerado un autor
simbolista y modernista, participó en el
movimiento secesionista junto con otros artistas que adoro como Egon
Schiele y Oscar Kokoschka.
Si por algo me ha llamado la atención este pintor
es por la paleta de colores que utiliza: morados, dorados…; por sus formas
sinuosas y sensuales y por su representación del cuerpo humano. Según von
Balthasar el arte es “el todo en el fragmento” y sinceramente, muchas veces no
creo que Klimt se pueda asociar a esto; en algunas de sus piezas hay un rasgo de
efectismo que no me convence del todo, otras sin embargo, me provocan admiración.
Seguro que todos conocéis el famosísimo lienzo
llamado El beso y también habéis
visto alguna vez representada Dánae y la
lluvia de oro, pero como decía la paleta morada me produce una especial atracción
y son obras como Retrato de Emilie Flöge
y Unterach a orillas del Lago los que
mantiene mi mirada fija en sus detalles.
La receta de hoy es morada, como estos cuadros de
Klimt, quizás también algo efectista porque en realidad es sólo un puré de
patatas con setas, eso sí, de patata morada o violeta, y claro los ojos se nos
van detrás. A veces, también en la
cocina se busca el deslumbramiento que en muchos casos puede quedar sólo
en eso (la impresión se desvanece o difumina en el primer bocado), pero en
otros el sabor de un producto de calidad sin ninguna extravagancia añadida sobrepasa con creces nuestras expectativas. Que lo disfrutéis.
Klimt se cuenta entre los pintores que admiro, pero yo lo tenía relacionado con los dorados. El color de la fotografía es magnífico y la recete entra por los ojos porque parece un cuadro.
ResponderEliminarTu paleta de colores sí que me gusta! Y el puré de patatas moradas: exquisito y visualmente muy apetecible.
ResponderEliminarFeliz semana!
Yo tuve una época muy Klimt, pero se puso de moda y estaba hasta en la sopa. Sé que no es culpa del pobre Gustav, pero lo desbanqué sin piedad de mis favoritos.
ResponderEliminarY la patata morada.... siendo canaria no soy neutral, prefiero la papa negra o la bonita.... pero esta no está tampoco mal.
Besos querida.
Que bonito post.
ResponderEliminarTú eres mi causa y efecto favorito, cuando de arte y belleza se trata...y si sumas la delicadeza de esta receta, y esa imagen que devora los sentidos, mucho más!
ResponderEliminarBuena vibra, siempre!
Tienen un color tan bonito y con esta presentación me ha gustado más.
ResponderEliminarBesos.