viernes, 11 de noviembre de 2011

La dieta de la belleza

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He estado leyendo estos días un libro de Hugo Ball llamado La huida del tiempo (un diario). Ball es reconocido como el fundador del movimiento dadaísta y del mítico Cabaret Voltaire. El artista nació en Alemania,  donde estudió filosofía y sociología además de actuar en algunos teatros de Berlín. Cuando estalló la I Guerra Mundial huyó a Zurich donde fundo el Cabaret Voltaire, centro neurálgico del movimiento dadaísta.



Las reflexiones de Ball en este diario son muy interesantes. Yo he encontrado algunas que me han llamado poderosamente la atención. Se refiere continuamente a los artistas, al arte, al papel que ambos juegan en una época de barbarie como la que le tocó vivir: “El secreto del artista reside en el temor y en el respeto. Nuestra época lo ha convertido en miedo y horror”. Sigue:  “En una época como la nuestra, en la que los hombres se ven asaltados a diario por las cosas más monstruosas, sin que se pueda tomar conciencia de las impresiones, en una época así, la producción estética se convierte en dieta” LA DIETA DE LA BELLEZA.

Buscamos la belleza, en época de dificultad y de amargura, cuando todo está perdido, cuando no hallamos salida, cuando todo se desintegra y se derrumba ante nuestros ojos; entonces es cuando más nos hace falta LA DIETA DE LA BELLEZA. Vivir de ella, alimentarnos de ella, de los colores, de los tonos, del aspecto de las cosas “bonitas” de las realidades hermosas… Estos roscos y palitos de colores podrían ser una opción porque hay momentos en que también necesitamos alimentarnos de la belleza.

Como decía Ball vivió una época dura, sin embargo, ni permaneció pasivo ni se quedó en un mismo sitio, sino que supo cambiar y seguir buscando. El dadaísmo dejó de interesarle como sistema expresivo, pero no se detuvo y aunque convocado al fracasó por su época, siguió adelante buscando esa belleza que permanece siempre como horizonte. De la misma manera, nosotros podemos permanecer inamovibles en nuestros gustos culinarios: acabar siempre con las mismas croquetas o con la misma carne. Pero a nosotros también nos han tocado tiempos difíciles y permanecer abiertos a nuevas experiencias-también en la cocina-nos dará ese aire que necesitamos para vivir. De pequeños quizás no soportábamos las espinacas que hoy nos encantan, o tal vez destetábamos  aquel pescado que hoy nos parece delicioso, ¿y mañana?
Gracias a Katie Stearns por la traducción.

16 comentarios:

  1. Ya me están reclando el plagio de tu receta!! jaja
    Besos
    Mónica

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  2. La de cosas que aprendo con tus posts, Linda, me encantan!

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  3. Un tema muy interesante el de hoy...
    De hecho, es una terapia, ver lo bonito en cada cosa para olvidar lo feo.
    Cuestionar nuestras acciones y percepciones, es una filosofía de vida.
    ¡Una monada, estos rosquitos!
    Un beso, Aurélie

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  4. Que bonitos los colores!

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  5. Yo me incluyo, ni comía espinacas y el pescado ni hablar, hoy me encanta descubrir nuevos sabores, nuevas cocinas, y nuevos amigos. Besos

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  6. Es primera vez que encuentro una persona comentando sobre el dadaísmo.
    Voy continuamente al Cabaret Voltaire y encuentro que ahí se respira un ambiente que me encanta.
    Me gustó mucho tu reflexión y la conexión con el tema.
    Bss

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  7. Me has alegrado la mirada con este colorido.

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  8. Con lo que me gustan a mí lo colorines y brillantinas.

    ¡Un post genial y lleno de belleza Linda!

    Besitos

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  9. pues a mi me paso com a Zaida!!! todo el día iría con lentejuelas! jajajaja. Han quedado genial con los colorines!!! besitos

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  10. He cambiado algunos gustos y me encanta probar cosas pero alguna cosa hay que por más que pase el tiempo no me gustan nada, nada, nada.
    ¡Mejor mirarlo todo de colores!;)
    Besos.

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  11. Es preciosa la composición de colores de tu receta, muy a tono con el colorista movimiento dadaista. Un abrazo

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  12. Just so colourful and "alice in wonderland"ish!

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  13. Qué bonitos post Linda. Me encanta leerte y aprender porque a decir verdad yo de arte se bien poco :P.
    Yo no dejo de ver como la gente se reinventa constantemente siempre buscando belleza aunque no siempre se aprecie igual. En la cocina me gusta hacer cosas bonitas a la vista y depsués fotografiarlas. Tus palitos te han quedado preciosos y con unos colores muy bonitos!

    Muchos besos!

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  14. que preciosidad, es un lujo pasar siempre por aquí, las palabras, las recetas y las fotos, es uno de los blogs que adoro!

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