Anchoas limpias
100 gr. mejillones
4 tomates pelados
50 gr. de jamón cocido
Corazones de alcachofa
Sal y pimienta
Para la masa
250 gr. de harina y algo más para espolvorear
½ cucharadita de sal
15 de levadura fresca
120 ml de agua tibia
Tamizamos la harina y la sal en la superficie de trabajo y formamos un volcán. Echamos la levadura en el agua y la volcamos en el interior del volcán. Amasamos hasta que la preparación quede homogénea. Formamos una bola y la dejamos 3 horas reposar en un lugar cálido. Pasado el tiempo la allanamos y la colocamos encima de la bandeja.
Precalentamos el horno a 200º C y ponemos papel vegetal en la bandeja. Extendemos la masa y esparzamos el tomate por toda la superficie, con el cuchillo hacemos cuatro partes en la masa: disponemos las anchoas en un cuarto, los mejillones en otro, el jamón y la mozarella en otro y las alcachofas en otro. Salpimentamos y dejamos unos 15 o 20 minutos en el horno.
*Hay muchas versiones de la pizza cuatro estaciones, en mi caso, he optado por la de La cuchara de plata, “la Biblia de la auténtica cocina italiana”
Precalentamos el horno a 200º C y ponemos papel vegetal en la bandeja. Extendemos la masa y esparzamos el tomate por toda la superficie, con el cuchillo hacemos cuatro partes en la masa: disponemos las anchoas en un cuarto, los mejillones en otro, el jamón y la mozarella en otro y las alcachofas en otro. Salpimentamos y dejamos unos 15 o 20 minutos en el horno.
*Hay muchas versiones de la pizza cuatro estaciones, en mi caso, he optado por la de La cuchara de plata, “la Biblia de la auténtica cocina italiana”
La obra principal que ilustra esta entrada pertenece a la serie de cuadros que pintó Mark Rothko para el restaurante Four Seasons en el Edificio Seagram de Nueva York, titulada Negro sobre granate, uno de los cuadros más dramáticos del artista, que se encuentra expuesto en la Tate Modern de Londres.
*Negro sobre granate
Marcus Rothkovich nació en 1903 en Dvinsk (Rusia, hoy Letonia) en el seno de una familia judía que se vio obligada a emigrar a Estados Unidos debido al creciente antisemitismo manifestado en los progromos. Ya en este país su padre cayó enfermo de cáncer y murió cuando Mark tenía 10 años.
Una vez independizado de su familia se instala en Nueva York en 1925 y allí decide dedicarse al arte en la “New School of Design” donde comienza a ver en este una forma de expresión emocional y religiosa. Poco a poco fue abriéndose camino en este mundo, comenzó a dar clase a niños judíos y conoció a Adolph Gottileb y Barnett Newman entre otros; además realiza sus primeras exposiciones.
Sobre 1938, cuando el nazismo se encontraba en pleno avance, se le concede la nacionalidad estadounidense y se cambia el nombre a Mark Rothko. Mientras tanto busca una nueva forma de expresarse que no llega a encontrar hasta la década de los 40 cuando abandona los elementos figurativos y aparecen manchas de color.
A partir de entonces sus cuadros comienzan a venderse y sus precios aumentan, es entonces, alrededor de 1958 cuando recibe el encargo del restaurante Four Seasons por el que se le ofrece 35.000 dólares. El pintor acepta el proyecto y comienza a trabajar en unos murales gigantescos pero un viaje a Europa (donde estudia fundamentalmente la obra de Miguel Ángel, cuya Biblioteca Laurenciana está recreada en esta serie) y una visita al restaurante le hacen cambiar de idea y espera “haber pintado algo que le quitara el apetito a cualquier miserable que comiera en esas salas”; por tanto, rompe el contrato y los cuadros son diseminados por diferentes partes del mundo, algunos de ellos (nueve en concreto) son los que hoy nos ocupan y estan expuestos en la Tate Modern.
El pintor sigue trabajando en otros proyectos pero ve incrementado su alcoholismo, su adicción al tabaco y su pesimismo. Finalmente acaba con su vida el 25 de febrero de 1970.
La serie realizada para el restaurante muestra un cambio en la obra de Rothko los colores dejan de ser tan brillantes, se pasa al marrón, rojo oscuro y negro, por otro lado, se pasa de las líneas verticales a las horizontales; se intenta recrear una atmósfera opresiva, algo claustrofóbica para empujar a una contemplación profunda de sus pinturas.
Las pinturas de Rothko, y sobre todo, estas últimas tienen un sentido de lo trágico que siempre acompañaba al artista, quería llevar al Four Season la tragedia humana, solo expresar emociones humanas; su intención no era dejarnos fuera, sino abrazarnos con estos enormes lienzos.
Rothko es uno de mis pintores favoritos, una de mis debilidades, una de mis pasiones y ante estas siempre me acecha el temor de estropearlas hablando de ellas y relacionándolas con una receta. Pero al pensar sobre ello y con cierta ayuda, he llegado a la conclusión de que precisamente porque no pueden comparase (porque para mi resulta bastante superior la obra de Rothko que cualquier receta), porque no están al mismo nivel es por lo que pueden relacionarse. Espero que os guste.
*Estudio para el Four Seasons
“Si he de depositar mi confianza en algún sitio, la otorgaría a la psique del observador sensible y libre de convecciones del entendimiento. No tendría ninguna aprensión respecto al uso que este observador pudiera hacer de estas pinturas al servicio de las necesidades de su propio espíritu; porque, si hay necesidad y espíritu al mismo tiempo, seguro que habrá una auténtica transacción”
Hola Susan,
ResponderEliminar¿Sabes que no conocía ese libro? le voy a preguntar a mi marido quien conoce mucho de libros, no solo de cocina. Igual y me lo compro.
La pizza se ve riquísima.
Un abrazo
¡Me encantan las pizzas! Rotkho, también, pero ¿podrías explicarme el título del post?
ResponderEliminarEsta pizza tiene un aspecto estupendo, me encanta !!!!!! la presentación es excelente Linda! que acabes de pasar un buen fin de semana, un beso
ResponderEliminarEste libro es una pasada!!! cada vez que lo leo descubro recetas mas deliciosas para preparar!!! la pizza te ha quedado estupenda...un besito
ResponderEliminarLa pizza parece un cuadro de ese hombre,jajaja.Viva el pan con aceite,jajaja.Un saludo.
ResponderEliminaradoro la pizza , y no conocía esta receta, tengo que preparla, ya que la hago muy a menudo!
ResponderEliminarbesos
Conozco la obra de Rothko, pero te agradezco que me hayas traído retazos de su vida. Es curioso cómo los grandes artistas en su mayoría sufren vidas complejas debido a su personalidad enigmática. La pizza es genial.
ResponderEliminarHola! Gracias por tu visita. Me ha encantado conocer tu blog, genial la idea de relacionar recetas con cuadros o películas. Rothko también es uno de mis pintores favoritos, podría pasarme horas contemplando sus cuadros.
ResponderEliminarBss!!
Gracias a todos,
ResponderEliminarBlo, aquí lo ha publicado Phaidon
Anónimo, tiene que ver con el estudio
Fresaypimienta, gracias, de verdad
Mª José, no te conocía, te ficho
Nacho, la pizza está buenísimoa
Antonia, te gustará
Un beso
A Mónica y Miss MArble, me alegro que os guste.
ResponderEliminarBuenooooooo, ¡cómo me gusta este bló!
ResponderEliminarMe gusta tu estilo, me gusta que mezcles artes, se ve limpito y claro el mensaje, me gusta, me gusta.
¿te he dicho que me gusta?
Desde hoy, tienes una seguidora más.
Besitos de una novata.
Gracias por tu entusiasmo Itzi. Un beso
ResponderEliminar