268
½ no es 1021 ab urbe condita; tampoco
el año de la derrota de los godos, o las
veces que he hablado de Vila-Matas, es el número de post que he publicado en
este blog. En estos días de enero se cumplen cinco años de su nacimiento y,
como muchas veces he dicho, siempre he tenido dudas; pero he sacado el trabajo
adelante.
Le
he dado muchas vueltas a esta entrada, he pensado mucho cómo debía hacerlo
hasta que finalmente surgió la idea:8 ½ de
Federico Fellini. En esta película Marcelo Mastroiani interpreta a un director
bloqueado, así que intenta buscar inspiración; evidentemente un trasunto de Fellini,
quien tras el éxito de La Dolce Vita
se enfrenta a una crisis de inspiración. Decía un premio Nobel español que
quien resiste en este país, gana. Yo no quiero ganar nada, pero me parece
importante haber mantenido este ejercicio de equilibrista durante cinco años.
Como Mastroniani-Fellini, en ocasiones me parece haber llegado a un callejón
sin salida, pues las ideas no caen del cielo; sí, a veces he podido bloquearme,
pero ha sido importante poder sustentar mi aportación, que no es ni mejor ni
peor que la de otros, pero es la mía. No sé si puedo estar satisfecha, pero
estoy orgullosa de mi esfuerzo: de las 268 veces que me he parado a meditar qué
obra de arte relaciono con qué, de las 268 veces que he tomado la cámara
procurando no sólo no repetirme, sino aprender de lo que hago.
Evidentemente,
vivir es cambiar, pero he vivido tanto últimamente, que necesito un descanso.
Por eso, he decidido hibernar unos meses como los osos porque no puedo ser como
un gorrión en París.
Una
de las mejores cosas que me ha pasado gracias a La letra con salsa entra, ha sido trabajar con un maravilloso
equipo en Panes y dulces italianos de
las hermanas Simili, editado por Libros con Miga. Por eso y porque son italianas, como
Matrosiani-Fellini, os dejo con el pan carasau
uno de los que he elaborado y fotografiado para el libro.
Nos vemos en Comida's y os
espero Al Este del Edén hasta la primavera.