(Scroll down for English recipe)
Let’s call
the whole things off es una canción
escrita por George e Ira Gershwin y ,en este caso, interpretada por Ella
Fitzgerald, aunque lo han hecho muchos más artistas.
Ella
Jane Fitzgerald (1917-1966) era su nombre completo a pesar de ser llamada Lady
Ella y La primera dama de la canción. Fue cantante de jazz y por eso la
conocemos pese a que su repertorio musical no se limitó a ese género. Ella se
presentó a un concurso de bailarina que organizaban en el Teatro Apollo de
Harlem; allí se quedaron entusiasmados con su frescura y su facilidad para el
ritmo. A raíz de este momento Chick Web la contrata en su orquesta, que pasará
a llamarse “La gran orquesta de Ella Fitzgerald”. Ella se cansa del trabajo diario y deja la
formación justo en el momento en que se cruza con Louis Armstrong del que
aprende el “scat” y a través del cual conocerá a muchísima gente. Sus encuentros con músicos de jazz son
memorables: Duke Ellington, Count Basiee, Armstrong...con el que hace una
versión de esta pieza.
La canción, fue hecha para la película Shall we dance (1937) interpretada por
Fred Astaire y Ginger Rogers, es bastante simpática porque cuenta la historia
de una pareja de enamorados: cada uno tiene una pronunciación que se podría
identificar con diferencia de clase. El
contraste en la pronunciación había tenido lugar fundamentalmente en el teatro
y consistía en pronunciar una “a” mucho más larga. En la canción se mencionan
repetidos varios alimentos; pero sólo hay uno, las fresas, a las que se
refieren una sola; por eso esta pasta con fresas: porque son tan diferentes la
fruta y los spaguettis que podrían ocasionar una profunda controversia, como en
la canción. Pero al final, cuando degustamos el manjar nos damos cuenta de que
combinan perfectamente, son un buen equipo por eso y como dice la canción:
“for we know we
need each other, so we`d better call the calling off, off, let`s call the whole
thing off”
“porque sabemos que
nos necesitamos el uno al otro, mejor lo dejamos, mejor lo dejamos”
Tratan de poner fin
a la disputa porque se quieren, se necesitan. Mejor dejamos de debatir y nos
ponemos manos a la obra, pues esos desacuerdos, aunque sean pequeños, nos
enriquecen. Estas diferencias no solo existen en la pronunciación, tambien
podrían traspasarse a la cocina. Si hablamos de cocinar…nadie hace un plato
idéntico al del otro, cada uno tiene su toque mágico, su pizca de creatividad,
su forma peculiar de hacer las cosas: sería tener “acento” en la cocina. Pero
eso está lejos de ser un obstáculo sino que me parece delicioso, pues se ponen
de relieve las diferencias personales. La canción nos invita a saborear las
diferencias, porque... ¿qué cantidad de nata es necesaria en esta receta? La
cocina no es una ciencia exacta, sino un amor exagerado, por eso hacemos platos
complicados y nos pasamos horas en la cocina; estas son las diferencia de
acento y lo que nos hace disfrutar de ella.
Por otro ladao cada
uno de nosotros tenemos una versión de cada receta y una predilección por otra
(las croquetas de mamá o el pisto de la tía; el mejor pisto del mundo) igual
puede suceder con la música; por eso esta versión de de Ella con Louis
Armstrong porque ambos le pusieron el acento a esta pieza.
Gracias a Katie Stearns por la traducción.